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¿Me conviene o no tener un crédito de nómina?

Cualquier empleo formal es una garantía poderosa para que los bancos te presten dinero

Escrito en DINERO el

Hasta ahora, si obtienes un crédito de nómina y cambias de trabajo (y de banco), las instituciones financieras no tienen como saberlo ni porqué. Dicho de otra manera: tener cualquier empleo formal es una garantía poderosa para que los bancos te presten dinero y te ofrezcan más productos crediticios sin dificultades. Pero ¿qué pasa si un día dejas de recibir tu sueldo en la cuenta de nómina asociada a tu crédito?

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Reconozcamos que, en México, las condiciones para conservar por mucho tiempo un empleo formal son bastante inciertas y variables; de modo que pedir y autorizar los créditos de nómina siempre implica un doble riesgo: para los bancos, el riesgo es dejar de cobrar en caso de rotación laboral o desempleo; para el cliente, el peligro es no tener cómo liquidar un compromiso financiero impagable.

A fines del enero, el Banco de México (Banxico) junto con la Asociación de Banqueros de México (AMB) anunciaron que en 2018 existirán nuevas condiciones y medidas para evitar el sobreendeudamiento en los créditos, particularmente de nómina.

Y es que tanto la AMB como Banxico detectaron este tipo de préstamos aumentó (había 2 millones 440 mil contratos de crédito de nómina registrados en octubre de 2017), pero también se incrementó la morosidad de los asalariados.

La novedad de este año en materia de préstamos vía nómina apunta a que el trabajador también pueda ejercer la portabilidad en este tipo de créditos, por ejemplo, si cambia de empleo, aunque eso implica aumentar las restricciones, los controles y la regulación en general.


El gran problema y beneficio de la morosidad

Las entidades financieras coinciden en que el riesgo de morosidad, en el caso del crédito de nómina, debe controlarse desde la banca. Flexibilizar las tasas de interés y facilitar la portabilidad son medidas positivas que ayudarían a disminuir el impago.

Pero el empleado promedio debe dejar de ser visto como un botín para los propios bancos que administran su nómina. Tener un empleo formal ya no es garantía de permanencia o fidelidad con la empresa, mucho menos con el banco. Basta decir que el 74% de los millenials  cambian de trabajo antes de tres años, por razones que van de mejor sueldo a mayor reconocimiento y bienestar, según el reporte Economías Regionales de abril a junio de 2017, emitido por Banxico.

Es verdad que dar crédito a un asalariado es un riesgo que muchos bancos prefieren correr.

En su análisis ‘Modelos predictivos de riesgo en Tarjeta de Crédito con el algoritmo CHAID Exhaustivo’ (2012), Raúl Ojeda y Humberto Valencia, académicos de la Egade de Monterrey, advierten que reducir la morosidad también implica que los bancos segmenten mejor los grupos de alto riesgo crediticio con algoritmos más personalizados y comprendan el comportamiento de los endeudados.

En el caso de las tarjetas de crédito, los analistas de la Egade detectan que el 60% del sobregiro ocurre en líneas crediticias bajas y de hasta 20 mil pesos, es decir, en el segmento de tarjetas Clásicas y Oro, donde la oferta de los bancos es abundante. Una vez más, parece que los bancos prefieren correr el riesgo de la morosidad a costa de no perder presencia.


AJA