El otoño está llegando a su fin y con las fiestas de invierno cada vez más cerca, nuestra mente comienza a pensar en cosas como el aguinaldo y el final del año; pero con todo esto también vienen los frentes fríos y las bajas temperaturas comienzan a afectar a nuestro cuerpo.

Pero ¿en que nos afectan precisamente? no sólo podemos sufrir resequedad en la piel o estar más expuestas a las enfermedades respiratorias sino que también afecta a nuestro ciclo menstrual.

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¿Qué tiene que ver la temperatura?

Si eres muy atenta, es probable que hayas notado cómo cambia tu ciclo menstrual a lo largo del año, tanto en flujo, como en periodicidad y dolor. De acuerdo con un estudio publicado en 2011, existe una explicación científica para ello.

Este estudio se encargó de analizar las tres hormonas principales relacionadas con el ciclo menstrual, la hormona foliculoestimulante (FSH), la hormona luteinizante y la prolactina. Todas ellas son importantes porque regulan la producción de estrógenos.

El principal hallazgo es que la luz solar es el factor más importante que influye en nuestro ciclo, mientras más expuestas estemos al sol, más se estimula la actividad en nuestros ovarios.

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¿Pero esto qué significa?

La estimulación de los ovarios en climas cálidos genera ciclos menstruales más cortos, más abundantes y menos dolorosos; por el contrario cuando hace frío nuestra menstruación puede alargarse y generar aún más dolor.

Esto se debe a que el calor ayuda a dilatar los vasos sanguíneos, lo cual ayuda a la sangre a fluir con mayor facilidad, pero cuando hace frío se dificulta más; lo que provoca aún más dolor en nuestro periodo.

A su vez la poca exposición a la luz del sol durante en invierno, puede generar síntomas de bajo ánimo, por eso es importante mantenernos activas y acompañadas, de nuestra familia, amigas o nuestra red de apoyo, para evitar caer en estados de tristeza.