Hace tres meses, María Elena Ríos, saxofonista oaxaqueña de 26 años de edad, fue rociada con ácido cuando caminaba cerca de su domicilio junto a su madre. 

Ambas caminaban por la calle alrededor de las 10:00 horas cuando la joven fue rociada con ácido el rostro, sufriendo lesiones de segundo grado, mientras que su madre, de 57 años, también resultó con lesiones. Hasta el momento no hay ningún detenido por estos hechos.

Lo que es verdad, es que cada vez es más frecuente este tipo de agresiones hacia mujeres en el país. 

María Elena Ríos

Esmeralda Milán fue quemada por su expareja

Esmeralda Millán fue quemada con ácido por su expareja -según explicó la joven- porque no quiso regresar con él.

“Si no vas a estar conmigo no vas a estar con nadie”, fueron las amenazas previas de la expareja hacia Esmeralda. 

Estos hechos ocurrieron en Puebla el 2 de diciembre del 2018. Pasó un mes para que la joven volviera a verse en el espejo.

A Annie le desfiguraron el rostro

Sólo un mes antes, el 12 de noviembre, un caso igual ocurrió en la Ciudad de México, en la alcaldía Iztacalco. 

A Annie la atacaron dos personas –un hombre y una mujer- afuera de su domicilio. Con la excusa de venderle gelatina, la joven fue rociada con ácido en la cara. 

Annie perdió la vista del ojo derecho y quedó con marcas en el rostro y cuello. 

Estos casos llegaron a la Cámara de Diputados para tipificar como violencia de género los ataques con ácido.

Símbolo de violencia de género

Según Gilberto Santa Rita Tamés, doctor en Derecho, este tipo de agresiones tiene una carga simbólica, pues atentan directamente contra la dignidad de las mujeres.  

“El ácido, como medio para cometer el crimen, es una evidente demostración del ánimo destructivo de la violencia de género”, escribió para este medio.

Los efectos permanentes que pueden dejar esta clase de lesiones generan que la víctima "cargue" toda su vida con esa lesión cuyo contenido degradante es más que evidente, explica el académico.

Además explicó las razones por las que debe tipificarse como violencia de género en la Ley de la Ciudad de México.

De acuerdo a la iniciativa "(s)e considera que existen razones de género, cuando concurran cualquiera de las siguientes circunstancias: 

1.- Que las lesiones causadas sean infamantes, degradantes o una mutilación; o 

2.- Que previo a la lesión infringida existan datos que establezcan que se han cometido, amenazas, acoso o violencia del sujeto activo contra la víctima". Pero lo que resulta en verdad novedoso es que se propone tipificar, con una pena mayor la siguiente conducta:

3.- "Cuando las lesiones sean provocadas mediante el empleo de ácidos o substancias corrosivas (...)".

Ácido Sulfúrico, se consigue hasta por internet

La importancia de la legislación que ha circulado en el Congreso de la Ciudad de México, también señala la importancia de regular la venta de ácido en la capital y en todo el país, ya que resulta demasiado fácil comprarlo y transportarlo, siendo un ácido altamente corrosivo y peligroso para los humanos.

Según información publicada en Huffingtonpost, en la Ciudad de México, por ejemplo, hay más de 100 puntos de venta y de fácil acceso, pues en promedio, un litro de ácido sulfúrico se vende en internet por 50 pesos. Puede comprarse en cualquier lugar.

Aunque esta sustancia es controlada por la Organización de las Naciones Unidas y está en la "lista roja" de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), en México su mínima regulación es una garantía de impunidad para los criminales.