A Sandra Monroy le diagnosticaron cáncer de mama a los 36 años, en ese momento sintió que el mundo se venía abajo. A pesar de ello, enfrentó la enfermedad y tras realizarse una mastectomía bilateral que le salvó la vida, decidió no reconstruir sus senos e impulsar una red de acompañamiento con el nombre "Jódete cáncer".

Sandra habla de los días en los consultorios de la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam), donde recibió atención al no contar con un servicio de seguridad social. "El primer mito es que por ser joven no te va a dar y sí da", afirma. 

Durante el diagnóstico tuvo la esperanza de recuperarse al enterarse que el cáncer estaba en una fase inicial. En México, de acuerdo con la Fundación Cima, más del 80 % de las mujeres llegan a ser diagnosticadas en etapas 3 o 4.

De acuerdo con el Observatorio Mundial del Cáncer (Globocan), la incidencia de cáncer de mama en Latinoamérica durante el 2020 fue de 210.100 nuevos casos, con 57.984 fallecimientos registrados.


Cima indica que en México 18 mujeres mueren diariamente debido al cáncer de mama y en 2020 se registraron 29.929 nuevos casos, además de que desde hace 15 años se convirtió en la primera causa de muerte por tumores malignos en las mujeres mexicanas.

Decir no a la reconstrucción

Tras el diagnóstico, su médico le explicó a Sandra que era necesario hacer una doble mastectomía, esto significaba que iban a extirpar ambos senos. Aunque el cáncer solo estaba del lado derecho, sólo extirpar uno significaba un riesgo, ya que la enfermedad podía volver.

A pesar del procedimiento, existía la posibilidad de realizar una reconstrucción, pero implicaba al menos dos operaciones en un periodo de tres años, sin considerar que si optaba por la reconstrucción de pezón, ese procedimiento debía repetirlo al menos cada 10 años para cambiar los implantes. "Pensé: no quiero experimentar si me va bien o no con los implantes", recuerda.

Pensó que con ello se perdía la noción de lo que es y supone el cáncer. "Toda la energía está en lo estético y se olvida lo oncológico". Decidió asumir que remover sus pechos era parte de la recuperación y decidió no reconstruir sus senos.

"Mis senos se fueron el 5 de julio a mediodía. Les agradecí profundamente porque el cáncer pudiera estar en esa parte del cuerpo y pudiera ser removido, mi historia en mi caso con el cáncer fue corta", celebra.

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MÁS OPCIONES PARA TODAS

Actualmente, Sandra es parte de una nueva corriente de sobrevivientes de cáncer de mama que pasaron por algún tipo de mastectomía y eligen no hacerse una reconstrucción mamaria.

A pesar de su decisión, Sandra reconoce que hay muchas mujeres que tienen el sueño de reconstruir los senos y hay otras para las que no es una prioridad

Por ello, alza la voz para quienes optan por no realizarse una reconstrucción y hoy muestra con orgullo las cicatrices que quedaron en su pecho. Sandra se enfocó en tender una red de sensibilización y apoyo para prevención, pero también de acompañamiento.

En su cuenta de Instagram "Jódete Cáncer" comparte su proceso y desde el acompañamiento, le enseña a las mujeres que “ hay más opciones de las que nos ponen". Desde su historia de vida, se ha convertido en activista y busca seguir apoyando a más mujeres y transmitiendo lo que hasta ahora le ha enseñado el cáncer.

Con información de Agencia EFE