En 2018, la velocista Allyson Felix encabezó el movimiento para que toda atleta de élite no quedara desprotegida económicamente al decidir ser madre; debido a que las empresas patrocinadoras tenían prácticas discriminatorias en contra de las mujeres una vez se que se enteraban de sus embarazos.  

“Las mujeres que son atletas de élite también pueden ser madres”, dijo la velocista y señaló la falta de ética de las empresas patrocinadoras que deciden disminuir los salarios o romper con los contratos una vez que saben de algún embarazo. Esto se debe a que estas empresas sostienen que la transformación del cuerpo de la mujer durante el embarazo tiene un efecto negativo en la actividad lucrativa y disminuye el umbral de desempeño. 

Entonces, ¿qué tan ciertas son las campañas de Nike? Aquellas que le dicen a las mujeres que pueden hacer lo que quieran, porque la atleta británica, Liz McColgan, después de ganar la plata en Seúl 1988 perdió su contrato con la empresa de la palomita, por anunciar su embarazo. Esta situación puso a muchas deportistas en la disyuntiva entre ser madre o atleta, cuestión que no debería contraponerse. 

EMBARAZOS OLÍMPICOS 

Sin embargo, existen atletas como Lindsay Flach quién demostró que el embarazo no es una barrera tan grande y decidió competir en las pruebas preliminares a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020  con 18 semanas de embarazo. La deportista afirmó que lo hizo inspirada de la atleta Alysia Montaño, quien corrió los 800 metros con un embarazo de ocho meses. 

Por otro lado, la futbolista Alex Morgan ha decidido vivir su maternidad y continuar con su carrera de deportista profesional, mostrando en redes sociales los entrenamientos como su vida cotidiana y en familia. Porque para las atletas competir es la forma de ganarse la vida, como la jugadora de volleyball de playa Kerri Walsh Jennings quien ganó medalla olímpica en Londres 2012 con cinco semanas de embarazo. 

DISYUNTIVA EN TOKIO 2020 

En Tokio 2020, las mujeres representan el 49 por ciento de los competidores, sin embargo, la pandemia sumó nuevas problemáticas a las madres ya que el Comité Olímpico no contempló a aquellas que necesitan lactar y prohibió la visita de extranjeros no esenciales impidiendo viajar con los bebés. 

La basquetbolista Kim Smith Gaucher señaló su inconformidad al Comité Olímpico, quien después publicó que de “ser necesario” los bebés podrían viajar con sus madres. Sin embargo, Alex Morgan señaló que no era un capricho de las madres olímpicas y claro que era necesario y solicitando tener mayor información sobre los procesos para viajar con sus hijos. 

Asimismo, Ona Carbonell, capitana del equipo español de nado sincronizado, demostró su decepción y decidió no asistir a Tokio 2020 tras enterarse que su bebé, menor a un año, no podría entrar a la Villa Olímpica. Esto significaba salir de la burbuja olímpica y poner en riesgo a todas sus compañeras. 

A pesar de que el mundo del deporte y los Juegos Olímpicos han tenido grandes avances en cuestiones de género, representación y condiciones de igualdad, aún queda mucho por repensar y adoptar para llegar a un momento de igualdad respetando cada proceso. 

Con información de Campeonas 

asl