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¿El amor mata? Puebla, cementerio de mujeres

De 2017 a la fecha, al menos 122 mujeres han sido asesinadas, según el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos. Las cifras distan de las oficiales

Escrito en ESTADOS el

PUEBLA (La Silla Rota).-¡La maté porque me provocó!, manifestó Francisco a la Policía. Golpeó y degolló a Gabriela. La envolvió en una sábana y la dejó en su casa. Minutos después fue a cenar con sus padres y se perdió en el alcohol antes de ser detenido.

Los asesinatos de las mujeres en la entidad poblana parecen una historia de horror. En los hechos, son una realidad que va en aumento y los números los corroboran, entre 2013 y 2017 los feminicidios pasaron de 50 a 109 por año.

A las mujeres en Puebla sean amas de casa, madres, sexoservidoras, profesoras, estudiantes, policías, líderes sociales, pastoras, etcétera, las están matando en sus hogares, bares, hoteles y las han abandonado en barrancas, carreteras, parajes y hasta panteones.

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Para ellas no hay ocupación ni lugares seguros. Vamos, ni en el penal. En mayo del año pasado Rocío Edith fue al Cereso a terminar su relación con su pareja y éste en venganza la apuñaló y degolló, como en 2014 lo hizo con su esposa en ese momento.

De 2017 a la fecha, al menos 122 mujeres han sido asesinadas, de acuerdo con el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr). Las cifras distan de las oficiales.

Los registros no coinciden, pero más allá de que los asesinatos sean tipificados como feminicidio o sólo homicidio por la Fiscalía General del Estado, a las víctimas les han arrebatado la vida a golpes, con arma de fuego o punzocortantes, en la mayoría de los casos.

Las víctimas más pequeña y más grande de la lista fueron asesinadas en “la tranquilidad” de sus casas por personas que conocían.

En junio del año pasado, una niña de apenas 5 años de edad fue abusada sexualmente y degollada por su padrastro con el consentimiento de la madre, la enterraron en el patio de su casa, en el municipio de Amozoc. A Clara, de 82 años su hijo Salvador la asesinó a golpes porque discutieron mientras estaba ebrio en su domicilio en Tehuacán.

La zona roja

Las dos víctimas murieron en las zonas metropolitanas de Puebla y Tehuacán que concentran 55.45 por ciento de los 122 feminicidios contabilizados en los últimos 13 meses. De acuerdo con datos emitidos la semana pasada por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia, los municipios de Puebla, Tehuacán y Huauchinango aparecen en la lista de los 200 municipios más violentos del país.

Falló la fórmula a más recursos menos inseguridad

En febrero de 2017 a la capital le etiquetaron más de 75.9 millones de pesos del programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg), pero los homicidios dolosos entre 2016 y el año pasado incrementaron 142 por ciento al contabilizar 160 muerte, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

El Fortaseg es un subsidio que reciben los municipios para equipo e infraestructura de las instituciones de Seguridad Pública, la prevención social de la violencia y la delincuencia. Sin embargo, hasta el porcentaje de asesinatos con armas de fuego aumentó de 34 a 45 por ciento.

En Tehuacán entregaron 12.8 millones de pesos el año pasado y los asesinatos premeditados aumentaron 45 por ciento.

Al incrementar la incidencia delictiva, Teziutlán, Tepeaca, Amozoc y Huauchinango, este año recibirán por primera ocasión recursos del Fortaseg. Mientras en Teziutlán y Huauchinango en el último año no se registró ningún feminicidio, Amozoc sumó cinco y Tepeaca uno.

¿Las matan por amor?

Una de cada tres mujeres en Puebla ha sido asesinadas por un conocido, llámese pareja sentimental, hijo, padrastro, amigo de la familia y hasta empleado.

Incluso, algunos no sólo las han matado a ellas, también a sus hijos. Este año los habitantes de Tehuacán se estremecieron cuando un grupo de hombres entró a una casa ubicada a pasos de la presidencia municipal para asesinar a Lorena. Ella tenía ocho meses de embarazo y fue apuñalada con saña en el vientre. El drama creció cuando su amiga Luisa en su intento de protegerla también fue agredida y murió.

En Puebla, hasta por pedir dinero las mujeres pagan con su vida. Lizeth, de 32 años de edad, enfureció a su esposo por pedirle el gasto. Roberto enloqueció y la apuñaló en el abdomen, la espalda y el cuello. Lo peor, también lesionó con un navajazo a su hijo Felipe de apenas 13 años de edad, quien intentó auxiliar a su madre.

El adolescente no ha sido es el único en presenciar el asesinato de su mamá, cinco hijos de Cristina Leyva observaron que su papá recién llegado de Estados Unidos apuñaló a su madre.

La saña de los varones para asesinar a sus parejas o mujeres, en varios casos, ha sido incontrolable. En el pasado mes de mayo, una mujer de aproximadamente 25 años fue enterrada viva en el municipio de Tlacotepec de Benito Juárez y este año, a María Carmelita de 20 años de edad se presume que su pareja la mató a golpes y dejó semienterrada en el panteón de Tepetzintla.

También en el mes de mayo, sólo que en el municipio de Tepexi de Rodríguez a Tulia de 36 años la acuchilló su pareja. La mujer fue trasladada al Hospital Regional de Cholula donde murió el 26 de mayo, un día después el responsable de su muerte se quitó la vida.

En noviembre, desollaron a una mujer de aproximadamente 30 años, quien quedó en calidad de desconocida en el municipio de Cuautlancingo, donde abandonaron sus restos en bolsas de basura, encontradas por niñas y niños de la zona.

Además del duelo, las familias enfrentan la impunidad

Las familias afectadas por la muerte de decenas de mujeres no sólo enfrentan el dolor de la pérdida, también la omisión de las autoridades. En menos de 10 por ciento del total de los casos la Fiscalía General del Estado ha detenido al responsable del feminicidio. Y, la mitad se entregó por remordimiento.

La opinión pública repudió y ha dado seguimiento al feminicidio de la universitaria Mara Fernanda Castilla, donde a cuatro meses de su asesinato la FGE aún no puede cerrar la carpeta de investigación y solicitó una prórroga al juez para completar las pruebas que a su parecer responsabilizan a Ricardo Alexis del asesinato de la joven de 19 años de edad que fue violada y estrangulada en septiembre del año pasado.

Incluso, la FGE ya reservó los expedientes relacionados con el caso.

La familia de Mara Fernanda Castilla clama justicia, igual que las de las otras mujeres asesinas en Puebla, aunque algunas carezcan hasta de nombre porque en sus cuerpos permanece el letrero de desconocidas.

ktf