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Tula-Tepeji, la región de los cadáveres regados por el huachicol

La zona, donde se concentran 4 de 10 municipios con más ordeña en el país, registra explosiones y cuerpos acribillados por el control del huachicol

Escrito en HIDALGO el

Plaza disputada por grupos de huachicoleros –con la presunta operación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Zetas Vieja Escuela–, la región Tula-Tepeji, concentra cuatro de los diez municipios más ordeñados del país, además de explosiones de almacenes con hidrocarburo robado y cuerpos acribillados que, según las autoridades, tienen presunta relación con “ajustes de cuentas” por el control de los ductos, las rutas para el trasiego y el comercio ilícito de combustibles.  

En la colonia San Juan, en Tezontepec de Aldama, bandas antagónicas mantienen un enfrentamiento armado que el pasado 23 de junio dejó dos muertos más: los hombres, que yacían en el piso y presentaban impactos de arma de fuego, convivían en el negocio El Salto de las Ranas cuando fueron baleados desde una camioneta en movimiento.

En el sitio, acordonado por elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJEH), se localizaron cartuchos percutidos, y en el perímetro se inició un operativo de búsqueda de los agresores, sin resultados.

Aunque no está en los primeros diez municipios más vulnerables al huachicol en México, Tezontepec integra el corredor de la ordeña en Hidalgo que cruza de Huichapan hasta Cuautepec y, con base en el recuento de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex), registró 36 perforaciones a ductos entre el 1 de enero y el 30 de abril de este año.

Sin embargo, es centro de operaciones de grupos en punga por las rutas del trasiego. Ahí, reveló el secretario de Seguridad Pública de la entidad, Mauricio Delmar Saavedra, operaba un presunto líder huachicolero identificado con el mote de La Parka, ultimado el 19 de enero, mientras que en Santa Ana Ahuehuepan, Tula, el supuesto control de plaza lo ejercía un hombre de 55 años identificado como El Tlalachas, asesinado el 18 de mayo en su domicilio, en esa localidad, donde recibió 40 tiros.

Por la cantidad de ductos en la periferia, las demarcaciones aledañas a la refinería Miguel Hidalgo tienen la mayor incidencia en saqueo de gasolinas: Tula, sede de la planta que procesa 215 mil barriles diarios, es el territorio más vulnerado en el país por los gasotraficantes, con 298 ordeñas; Atotonilco de Tula, el quinto, con 145; Tetepango, el sexto, con 125, y Tlahuelilpan –donde explotó la toma clandestina el 18 de enero en la localidad de San Primitivo, con saldo de 137 decesos por calcinación o quemaduras–, el décimo, con 92.

Entre los territorios del huachicol en Hidalgo también se encuentra Huichapan, con 22 tomas en un cuatrimestre y conexión entre las regiones Tula-Tepeji, el Valle del Mezquital y el Valle de Tulancingo –también con operación de traficantes de crudo–. En este lugar tres personas murieron calcinadas en un bar cerca de las 3:00 de la mañana del domingo 23 de junio. El local supuestamente fue quemado un comando armado.

De acuerdo con seguridad pública estatal, los hechos ocurrieron en el bar “Caballo Negro”, en el barrio Santa Bárbara, cuando un grupo de al menos 20 sujetos llegó hasta el establecimiento e ingresó de manera violenta para rociar gasolina; antes desalojaron por la fuerza al resto de personas y dejaron sólo a los tres adentro, antes de prender fuego.

Estos, sin embargo, no son los únicos asesinatos en los territorios de la ordeña: el 20 de junio, el cadáver de un hombre con al menos cuatro impactos de arma de fuego fue localizado en el Cerro de la Cruz, en la localidad de El Vito, en Atotonilco de Tula.

Cuatro días antes, el 16 de junio, tres cuerpos maniatados, dentro de costales, aparecieron a un costado del río Tula, sobre la avenida Paseo de los Sabinos, en el barrio Progreso La Otra Banda, en Ixmiquilpan. El hallazgo se dio en este municipio del Valle del Mezquital, debido a que el caudal del río atraviesa por ahí.

En Ixmiquilpan, una semana antes, el día 9, tres personas ultimadas fueron descubiertas en un domicilio en la avenida Paseo del Roble, en inmediaciones de la Unidad Deportiva Municipal.

Además, el 27 de mayo hubo dos muertos y dos heridos en la comunidad de Atento, en Tezontepec de Aldama, tras un enfrentamiento que los cuerpos de seguridad locales denominaron posible ajuste de cuentas entre bandas dedicadas a la extracción de crudo. Los occisos, uno de ellos menor de edad, fueron atacados a balazos cuando circulaban en un vehículo en la calle Niño Perdido.

CIFRAS EN AUMENTO

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó el 8 de mayo en Zapotlán, en conferencia de prensa desde el C5i estatal, que el robo de hidrocarburo había disminuido en la entidad, incrementó 211 por ciento entre enero y abril, con respecto al mismo periodo del año anterior.

Con mil 885 perforaciones a ductos en 120 días y un promedio de 15 drenados cada 24 horas, los huachicoleros impusieron en el estado un récord criminal que mantiene al estado como el más flagelado en México desde 2018, pero con un crecimiento por encima del resto desde 2016. 

Incluso, después de Tula, el segundo municipio con más incidencia en extracción ilícita de petroquímicos en el país también se ubica en Hidalgo –Cuautepec, con 288–, en tanto que el tercero –Otumba, con 179– se encuentra en el Estado de México, donde la Fiscalía General de la República (FGR) ubica a La Familia Michoacana a través de un grupo denominado La Empresa, que igualmente opera en Acolman y Axapusco, que tuvieron 93 y 83 ordeñas, para ubicarse en los lugares noveno y quince a nivel nacional.

En cuarto sitio, con 145 ductos perforados, lo ocupa Matamoros, Tamaulipas, entidad que también tiene a Altamira (121, séptimo en territorio mexicano), González (84, catorceavo) y Río Bravo (73, lugar dieciocho) entre los que más saqueo de crudo reportan en el país, y donde la fiscalía identifica la operación de los Zetas en pugna con el Cártel del Golfo.

Entre los diez primeros, en la octava posición, también está Ajacuba, Hidalgo, con 118.

Aunque la FGR no reconoce la presencia de algún cártel en el estado en su radiografía de organizaciones criminales –actualizada hasta la fecha en la que el presidente López Obrador rindió protesta–, el gobernador Omar Fayad reconoció una posible operación en el negocio de hidrocarburos cuando los líderes del huachicol comenzaron a ser asesinados pero el negocio no disminuyó; además, inteligencia federal hace referencia a una supuesta vinculación entre los ordeñadores locales y el Cártel Jalisco Nueva Generación, así como Zetas Vieja Escuela.

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