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Traslados, gastos y maltratos; a esto se enfrentan quienes padecen VIH

La concentración de servicios médicos en Pachuca orilla a enfermos de VIH a realizar largos recorridos para obtener gratuitamente antiretrovirales

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.— Traslados de hasta seis horas, costear pasajes, trámites burocráticos y mal trato por parte de personal médico, son algunas de las complicaciones a las que se enfrentan Raymundo y Edgar cuando acuden a instituciones de salud públicas de Hidalgo para surtirse de sus tratamientos antirretrovirales (ARV), pues ambos viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

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Raymundo y Edgar -nombres ficticios de los entrevistados, quienes solicitaron discreción con su identidad y anonimato- viven en Huejutla y Tulancingo, pero cada mes o dos meses viajan a Pachuca para recoger sus fármacos.

MIL 220 PESOS Y 6 HORAS DE CAMINO

La movilidad de Raymundo es constante y larga, su familia vive en Huejutla, él estudió en Zacualtipán y ahora trabaja en Querétaro.

Para recoger sus medicinas recorre 229 kilómetros y viaja aproximadamente 6 horas, desde la casa de sus padres hasta el único sitio de la entidad que funciona como Centro ambulatorio de prevención y atención en sida e infecciones de transmisión sexual (Capasits).

Cuando se encuentra en Querétaro viaja la misma distancia, pero en solo tres horas, y gasta unos 400 pesos menos. Todo esto lo hace cada bimestre, para poder acceder a su tratamiento.

Raymundo puede costear esos gastos y considera que, con lo que cuestan los antirretrovirales -alrededor de 14 mil pesos mensuales-, es un desembolso “razonable”; sin embargo, es consciente de que no todas las personas infectadas por el virus tienen la misma capacidad económica.

Además, señala que el Capasits apoya con viáticos a las mujeres que se atienden ahí, lo cual califica como un trato desigual.

En entrevista telefónica, el joven dio a conocer que las autoridades de salud le informaron que si la contingencia por el covid-19 se alarga les enviaran sus ARV a la jurisdicción sanitaria más cercana de su vivienda. Pero, en este momento y debido a su movilidad, no es lo más conveniente para él, pues se registró con el domicilio de Zacualtipán y allá llegarían sus fármacos.

LA BUROCRACIA EN EL IMSS

Sin embargo, no es la misma situación para Edgar, quien vive en Tulancingo. A pesar de la cercanía con la capital del estado y que el costo de pasajes es menor, enfrenta complicaciones con los trámites burocráticos que, incluso, en ocasiones no le han permitido acceder a su medicamento y ha tenido que regresar después por ellos. Sin dejar de lado el trato poco amigable que recibe por parte del médico que lo atiende y el demás personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de donde es derechohabiente.

Cuenta que en una ocasión no le quisieron aceptar sus recetas en la farmacia de la Clínica 1 y lo mandaron con el médico que lo atiende, quien, dijo, no lo quiso recibir hasta que tuviera consulta.

En esa ocasión, narra que uno de sus amigos le regaló una caja de antirretrovirales que le sobrada, debido a que le habían cambiado de medicamento. Fue la manera en la que resolvió su problema hasta su siguiente visita con el galeno, para que le volviera a recetar los fármacos.

También, una vez, no le dieron sus medicamentos porque el personal que pone los sellos de vigencia no estaba laborando, en otra ocasión tardó hasta dos horas para que le pudieran surtir su receta, pues el bloc de notas del médico ya no era vigente y transfirieron a diferentes áreas hasta que recibió atención.

Además, indicó que el doctor que lo atiende no es muy amable e, incluso, hace comentarios machistas y homofóbicos.

Es una problemática estar viajando constantemente a Pachuca y tener la incertidumbre de si me va a pasar algo, voy igual con el miedo de que no me atiendan, que no trabaje alguien, que el doctor se enoje, que es lo que constantemente pasa. Incluso no me gusta ir. Voy por necesidad, pero los trámites burocráticos y lidiar con el personal es muy feo”.

Él acude cada seis meses a consulta y cada mes por sus medicamentos, y a pesar de la contingencia por el coronavirus covid-19, la situación no ha cambiado.

LSR Hidalgo buscó una entrevista con personal de la Secretaría de Salud de Hidalgo o del Capasits para consultar su postura al respecto, pero no se logró concretar antes de esta publicación.

ACERCAR EL MEDICAMENTO

Carlos Ibarra López, activista e integrante del Consejo Estatal para la Prevención del sida (Coesida) en Hidalgo, asegura que el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida (Censida) ha instruido a los Capacits de todo el país a que envíen los ARV a las jurisdicciones sanitarias cercanas de las personas que viven lejos.

Ha habido un problema en cuanto a comunicación, la mayoría de los pacientes de Capacits desconocen esta posibilidad de que el medicamento les sea enviado a su jurisdicción más cercana a su casa. Si bien es cierto que el derecho a la salud se está garantizando, pero sería mejor que hubiera más clínicas distribuidas de manera eficiente para que las personas que viven con VIH pudieran acceder con mayor facilidad a su derecho a la salud".

El también presidente de la Red por la Inclusión de la Diversidad Sexogenérica (RIDS) señaló que han planteado a las autoridades la creación de centros médicos que atiendan a personas que viven con VIH, “por lo menos uno por las personas que viajan desde Huejutla, y que así puedan acceder más fácil al tratamiento”.

Desde 1983 hasta 2019, en Hidalgo se han notificado 2 mil 857 casos de sida y VIH: 2 mil 307 en hombres y 550 en mujeres, de acuerdo con el registro nacional del Censida. De estos casos, mil 158 aún se reportan como portadores del virus (939 hombres y 219 mujeres), o sea, que no ha avanzado la infección.

En lo que va del año, 54 personas han sido infectadas por el virus: 50 hombres y cuatro mujeres, mientras que a 45 les han diagnosticado el síndrome (sida): 40 hombres y cinco mujeres, con base en el boletín epidemiológico, de la Dirección General de Epidemiología (DGE), que realiza la Secretaría de Salud federal (Ssa).

slj