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Tlahuelilpan: a seis meses, deudos sin ayuda y sin justicia

Sin los apoyos prometidos, con el dolor intacto y sobreviviendo con lo que tienen; así viven los deudos de Tlahuelilpan a seis meses

Escrito en HIDALGO el

Una patrulla de la policía municipal —maltratada y sin placas— y un solo oficial resguardan la conocida zona cero, donde el 18 de enero explotó una toma clandestina del ducto Tuxpan-Tula de Petróleos Mexicanos (Pemex), en la comunidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, y que dejó un saldo de 137 muertes y sólo 10 personas sobrevivieron.

Es casi el mediodía del viernes 12 de julio, a seis días de que se cumpla medio año de la tragedia. Dos vehículos se acercan, de ellos descienden niños y adultos. Se acercan a uno de los mausoleos que han construido en el lugar de la explosión y ponen las mañanitas, interpretadas por Pedro Infante.

Sería el cumpleaños número 36 de Nabor Hernández Alpizar, pero las flamas lo alcanzaron. Sus familiares le colocan flores, globos, figuras de foami y su fotografía con una de la Virgen de Guadalupe a un lado. Lloran y se abrazan. No quieren hablar, prefieren conservar su luto y pensar en el aniversario del natalicio de su ser querido.

 

EN ESPERA DE LA AYUDA

Cerca del centro de Tlahuelilpan, la señora Eligia Zacarías Cerdán tiene los ojos rojos, se le ve cansada y al recordar a su hijo Luis Adrián Rufino Zacarías, quien hubiera cumplido 26 años el pasado 7 de julio, se dilatan más sus vasos sanguíneos.

Platica desde la puerta corrediza de su casa, con una fachada de lo que antes era una estética, que su nuera y sus tres nietos —quienes perdieron a su padre a causa de la explosión— no han  sido beneficiarios de ningún programa social, pese a que las autoridades aseguraron que los deudos serían inscritos a los esquemas del combate al huachicoleo del gobierno federal. 

Zacarías Cerdán asegura que solo recibieron los 15 mil pesos que el gobierno federal les entregó a 157 familias “para hacer frente” a los gastos derivados de la tragedia y que el monto total asciende a los 2 millones 355 mil pesos, como lo indicó Diana Álvarez Maury, subsecretaria de Gobernación, el 23 de abril durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Los esquemas que se implementarían en la región eran pensión para adultos mayores, asignación para emergencia social o natural y apoyos para familias de escasos recursos, así como becas en educación básica y media superior, para víctimas de violaciones de derechos humanos y de producción para el bienestar, según informó la subsecretaria en esa ocasión.

Por su parte, el gobierno estatal aseguró que se haría cargo de los gastos funerarios de las personas que perdieron la vida; sin embargo, la madre de Adrián Rufino indicó que en su caso no fue así.

Los representantes del gobierno me comentaban la última vez que entre esos 15 (mil pesos) venían los gastos funerarios, les dije que no porque yo tengo entendido que los 15 se los dieron a todo y los gastos funerarios a quienes metieron papeles”, mencionó Zacarías, en entrevista con LSR Hidalgo.

Detalló que cuando sucedió la explosión acudieron a las mesas de atención de las diferentes instituciones que por semanas se instalaron en el Centro Cultural de Tlahuelilpan y, cuenta que, les indicaron que necesitaban llevar la factura de los gastos funerarios y el acta de defunción de su hijo para que recibieran el reembolso, por lo que en la funeraria tuvieron que pagar en total 12 mil pesos, incluyendo el IVA, para recibir el documento. Sin embargo, hasta el momento no les han reintegrado el dinero. 

Sí nos hubieran dicho que no nos iban a reembolsar los gastos ni hubiéramos pagado el IVA”, dijo.

Según el último reporte relativo al accidente del gobierno estatal, con actualización al 13 de mayo, el DIF Hidalgo brindó solo 37 apoyos funerarios y perdieron la vida 137 personas. O sea, que solo el 27 por ciento de las familias recibieron un reembolso.

Además, según Álvarez Maury el DIF federal aportó 148 mil 715 pesos para los gastos funerarios.

Asegura que a una de sus vecinas, que también perdió un familiar por la explosión, le han dado apoyos por 34 mil pesos y, además, un celular. Ante esta situación, dijo que se acercó al diputado local Ricardo Raúl Baptista González, quien supuestamente se comprometió a  revisar su caso con las autoridades competentes y darle una solución, lo cual no ha pasado hasta la publicación de este escrito.

Agregó que a su nuera le tomaron sus datos para inscribirse a los Programas para el Desarrollo en Hidalgo, pero no ha recibido una respuesta. Sus nietos son menores de dos años y medio y por lo tanto no puede aún ser acreedores a una beca.

VIUDA Y CON TRES HIJOS

Rocío Rufino, de 30 años, quien perdió a su esposo en la tragedia y quedó a cargo de tres hijos de 6, 7 y 9 años de edad, coincide en que sólo recibió los 15 mil pesos del gobierno federal.

Sin embargo, reconoce que por cuestiones de trámites tuvo complicaciones para que sus hijos fueran acreedores a becas.

El mismo reporte del gobierno de Hidalgo indica que otorgaron 52 becas escolares: 7 de preescolar, 35 de primaria y secundaria, 8 de bachillerato y 2 de nivel superior; 40 apoyos productivos, y 17 apoyos a servicios de vivienda: 9 cuartos adicionales, 3 estufas ecológicas y 5 baños con biodigestor.

Rocío contó en entrevista con LSR Hidalgo que conoce a otras cuatro madres de familia que se quedaron viudas y que no han sido inscritas a los programas.

Ella forma parte de un comité que les pidió crearan el alcalde de Tlauhuelilpan, Juan Pedro Cruz Frías, para abrir una cuenta bancaria para recibir apoyos como el de la corrida de toros con causa que organizaron para los deudos del municipio.

Explicó que entre ella y dos mujeres más se hacen cargo de la cuenta mancomunada, pero dijo no estar de acuerdo porque les hicieron firmar una hoja en la que ellas supuestamente solicitaban un apoyo.

Mencionó que por la corrida de toros sólo les donaron el costo de un toro que se pudo facturar por 40 mil pesos, de los cuales les repartieron 2 mil pesos a nueve personas que les ayudaron, entre los cuales había unos jóvenes que también resultaron quemados por la explosión.

Además, detalló que la administración municipal les transfirió 30 mil pesos que supuestamente donó el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, y 32 mil del alcalde de Tlahuelilpan. 

Mientras preparaba unas quesadillas para sus hijos —en la cocina que se encuentra en el patio de la casa donde viven sus padres y ahora ella y sus descendientes, desde la ausencia de su esposo— platica que ha tenido diversos problemas por ese dinero que administran y declara que piensan en hacer un baile “para darle la vuelta a ese dinero” y así obtener más para repartirlo entre los deudos.

Aunque dice que no todos los familiares se han interesado en apoyar, indicó que cuando lo repartan tomará en cuenta a todos.

Al final de cuentas a quien no quiera trabajar también se le va a tomar en cuenta para el recurso porque ni modo de dejarlos afuera, pero al menos dos personas no pueden trabajar por todas”, mencionó.

PROCESO DE RESILIENCIA

Helios Xavier Mora Madrid, coordinador del Centro Cultural Regional Tlahuelilpan, mencionó que después de que el inmueble sirviera para albergar a diferentes instituciones de los tres niveles de gobierno que actuaron después de la explosión, ahora las aulas vuelven a tener sus actividades culturales.

Dio a conocer en entrevista que actualmente ofrecen todos los talleres de manera gratuita a quienes perdieron a algún familiar cercano en la explosión del 18 de enero, con la intensión de iniciar un programa de resiliencia a través de las artes.

Consideró que de llevarse a cabo el programa ayudaría a que los deudos tengan una recuperación. Indica que ya son 15 quienes han acudido, en su mayoría niños y algunos adolescentes, sin embargo, invita a que más deudos se sigan sumando a esta iniciativa. 

“VOLTEO Y MI MARIDO NO VENÍA CONMIGO”

Rocío Rufino, por su cuenta, accedió a recordar lo que sucedió el día de la explosión. Dijo que su esposo Ricardo hubiera cumplido 30 años en marzo.

Rememoró que el 18 de enero comenzaron a escuchar que regalaban gasolina en San Primitivo. Fueron por sus hijos a la primaria y los llevaron a su casa. Agarraron unos garrafones y partieron.

Al llegar a los terrenos de alfalfa, relató, percibieron un fuerte olor a gasolina. Vieron a un señor de edad avanzada tirado en el suelo mientras otras personas lo pisaban, lo ayudaron y se percataron que el lugar era “una fiesta”.

Todos reían, se aventaban y bañaban con gasolina. El alto octanaje en el hidrocarburo, que en ese momento brotaba a chorros por la toma clandestina, había dopado a todos.

Comenzaron a sacar a personas que ya se encontraban desmayadas o que no reaccionaban. Cuenta que su esposo le dijo que se fueran por el temor de que ella también se desmayara.

“Le dije sí porque ya está oscureciendo y no va a faltar el que prenda algo y esto se va a quemar”, dijo.

Cuando iban hacia afuera recuerda haber visto la chispa que ocasionó la explosión. En ese momento aún se encontraban dentro de la canaleta  donde el combustible se acumulaba. Su esposo estaba empapado pues se había metido a sacar gente.

Me agacho porque siento el flamazo y no me quemo y ya no vi a nadie. Nada más vi lumbre, vi humo, vi nada más eso (…) Veo la salida y me salgo corriendo. Volteo y mi marido no venía conmigo”.

Narró que al no ver a su esposo regresa al lugar y ve a una persona intentando salir de la zanja: era él.

“Me dice: ay hijita, ya me quemé, pero fue poquito”.

Al salir del lugar, su esposo ya no tenía ropa, sólo su cinturón no se había derretido. Al intentar salir del terreno, cuenta que los soldados que se encontraban en la zona y que en un primer intento hicieron el esfuerzo de impedir el robo de combustible los detuvieron.

Los soldados nos detienen, nos dicen que nos regresemos a quemar para que valiera la pena. (…) Le digo, yo no estoy quemada. Me dice, métase y quémese para que valga la pena, muéranse ahí adentro”.

Sin embargo, asegura que antes de la explosión había elementos castrenses que estaban controlando la vialidad por el exceso de personas que llegaban y les indicaban por dónde podían entrar para recoger el combustible que brotaba de un chorro de cerca de seis metros de altura.

“Yo vi videos en el que supuestamente sí (los soldados prohibían la entrada), pero cuando nosotros llegamos los mismos soldados estaban dando vialidad. Estaban acomodando carros porque ya no se podían pasar para Tlaxcoapan, ellos estaban dando la vialidad ahí. Adentro, en una Hummer te decían aquí pásese para que saque gasolina”.

Platica que entre las personas que resultaron quemadas, pero lograron mantenerse en pie, como se muestra en algunos videos, estaba quien presuntamente prendió un encendedor.

Los mismos quemados le estaban reclamando al que prendió el encendedor, que por cierto ya también descansa en paz (…) Todavía le dije que le iba a ayudar, cuando le dije su apodo los demás heridos que estaban a tras me dicen: ¿apoco es ese guey? Le digo sí. Le empiezan a reclamar y casi le pegan porque ellos se dieron cuenta”.

Su esposo primero fue trasladado a Tula para su atención, después al hospital 20 de noviembre del ISSSTE en la Ciudad de México. Hasta ese momento, asegura que su marido se encontraba aparentemente bien y él mismo proporcionó sus datos. Sin embargo, al llegar a la capital del país su estado de salud agravó. 

“Siempre le gritaba y lo regañaba y así como le hablaba le hablé ahí. Suspiró más profundo y le dije voy por tu mamá. Él estaba en el octavo piso, cuando bajo bocean que subiéramos. Nos dan dos pases, subo con mi suegra esperando cosas buenas y ya había fallecido”, contó.

Explica que los médicos le indicaron que los órganos de su esposo ya no funcionaban, que se habían quemado en el momento de la explosión, pues había respirado combustible y eso ocasionó que se quemara por dentro.


AVANCES DE LA INVESTIGACIÓN

El 20 de enero, autoridades federales ofrecieron una rueda de prensa para explicar los hechos. Alfonso Durazo, secretario de Seguridad federal, informó que la toma clandestina se detectó a las 14:30 horas, a las 15:45 se aglomeró la población, a las 17:00 arribaron cuerpos de seguridad, a las 18:20 se cerró la válvula y a las 18:52 ocurrió la explosión.

Ese día, el presidente López Obrador consideró que fue correcta la actuación del Ejército.

En febrero el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, informó que entregarían un informe completo sobre los hechos en Tlahuelilpan y dijo que entrevistarían a funcionarios de los tres niveles de gobierno para saber su actuar.

El 6 de mayo, en conferencia de prensa dio a conocer que peritos del FBI participarían en las investigaciones sobre la actuación del personal de Pemex durante la fuga y la explosión y su probable atraso en la atención a la perforación del ducto.

Dijo que la Fiscalía General de la República (FGR), junto con la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH), habían realizado 138 entrevistas, 117 dictámenes periciales, 25 informes de investigación criminal y habían recibido 84 informes y documentos de diversas autoridades de los tres niveles de gobierno.

Agregó que a través de testimonios de vecinos y otras pruebas lograron identificar a quienes convocaron a la población a que acudieran a la toma clandestina y a quienes provocaron la explosión.

Sin embargo, hasta el momento no han dado a conocer los resultados de la investigación.


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