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Ricardo murió por secuelas del covid en EU, lejos de su natal Puebla

Hace 33 años salió de Piaxtla, hoy sus restos descansan en Nueva York, donde dejó su principal legado; una academia de futbol para niñas

Escrito en ESTADOS el

PUEBLA.- Ricardo Ramos sobrevivió a la covid-19, pero las secuelas de la enfermedad le causaron un paro cardiaco y la muerte en Nueva York, Estados Unidos, a miles de kilómetros de su natal Piaxtla, municipio de la mixteca poblana.

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El Día de Muertos su familia en Estados Unidos va a poner dos ofrendas en su honor con lo que a él le gustaba, su comida favorita que eran el adobo de puerco, las tortas de camarón, y los tacos de todo tipo, su pan preferido, fruta e incienso.

Óscar y su hermano Ricardo, a quien el Día de Muertos su familia en Estados Unidos va a poner dos ofrendas en su honor . Foto: Facebook/

Una de las ofrendas estará sólo un día en una exposición que se hará al aire libre en Queens, una de las zonas más afectadas por el coronavirus. “Nos invitaron para llevar la foto de Ricardo y ponerla en un altar de un día; la segunda ofrenda será la que cada año ponemos en casa a nuestros muertos para seguir nuestras tradiciones”, afirma en entrevista Oscar Ramos, uno de los siete hermanos que sobreviven a Ricardo en Estados Unidos.

A partir de 2016 en Estados Unidos comenzó a tomar mucha fuerza la celebración del Día de Muertos: antes no se veían los altares en los restaurantes y desde hace unos cuatro años las tiendas donde trabajan mexicanos comenzaron a hacer altares grandes de Tlaxcala, Puebla, de Michoacán, de Monterrey, de Tamaulipas, cuenta Oscar.

En el caso de los de Puebla se usa mucho la flor de cempasúchil que ya comenzaron a llevar a Estados Unidos, lo mismo que las velas que allá no se usaban y ahora sustituyen cada vez más a las veladoras. “La gente comenzó a traer todas esas costumbres al grado de que ahora tú vas a un museo americano y si en él trabajan 34 mexicanos ellos montan una ofrenda.

"A la gente americana le gustan las ofrendas y le impresiona que recordemos a nuestros antepasados con un carnaval, con comida, con música. Hay personas que rezan en las casas, que van a misa ese día y ya es una celebración que en todos lados la ves aquí en Queens.”

Es una tradición que nos dejaron nuestros antepasados, afirma, “aunque no podemos velar a nuestros muertos porque tendríamos que volver a México todos, pero las personas que tienen a sus difuntos sepultados aquí en Estados Unidos sí van al cementerio. Nosotros poníamos un altar a nuestros papás y en las salas de otra casa siempre ponemos las fotos de todos y oramos por ellos.”

En el caso de los de Puebla se usa mucho la flor de cempasúchil que ya comenzaron a llevar a Estados Unidos. Foto: Facebook/Ilustrativa

En Queens existe un grupo que se llama Caminemos Juntos y desde que comenzó la pandemia da comida a gente de bajos recursos, apoya haciendo pruebas de Covid-19 o aplicando vacunas para prevenir la gripa. Ellos tienen una lista de los mexicanos fallecidos en esa zona e invitaron a montar un altar a familiares de unas 40 de las personas que aparecen su lista.

Como Caminemos Juntos existe en Brooklyn otro grupo comunitario que se llama La Mixteca y en el Bronx uno más que se llama Coalición Mexicana. Todos ayudan y tratan de mantener vivas las tradiciones del Día de las Madres, el Día de los Niños, el Día de Muertos, el 5 de Mayo, fechas significativas en la cultura mexicana.

Ricardo Ramos, originario de Piaxtla, Puebla, estuvo desaparecido durante cuatro días en Nueva York. Fue el segundo de ocho hermanos que dejaron Puebla y están repartidos en Nueva York y Carolina del Sur.

"Él, con apenas 16 años de edad, agarró la maleta y partió en 1988 hacia Estados Unidos. Eran tiempos convulsos de un México que despedía un gobierno gris como el de Miguel de la Madrid Hurtado y daba paso al de Carlos Salinas de Gortari".

Cuando se estableció en Nueva York nada hacía prever que las condiciones laborales y económicas mejorarían en su natal Piaxta, un municipio que año tras año expulsa a sus hombres y mujeres que buscan una mejor vida. Su primer trabajo en Estados Unidos fue en fábricas de ropa que en aquellos años eran las que solicitaban más gente para coser, empaquetar o hacer cuellos.

Combinaba sus pesadas jornadas laborales en un restaurante, al que llegó cuando cerraron las fábricas de ropa, con dos de sus pasiones: el futbol y el rock. Le gustaban mucho la música del Tri, el heavy metal, Maná. Tuvo oportunidad de capacitarse como formador de niños por ahí de los años noventa del siglo pasado y aunque nunca jugó de forma profesional, le encantaba el futbol.

Óscar Ramos afirma en entrevista que en una charla “le dije a Ricardo que armáramos un grupo de niñas porque teníamos unas sobrinas que jugaban futbol, un deporte en el que Estados Unidos es potencia. Y armamos un grupo y yo seguí sus pasos, porque él ya era conocido.”

Mediante el futbol en 2006 contactaron a Leonardo Cuéllar, ex entrenador de la Selección Femenil Mexicana, e integraron un equipo de adolescentes para jugar en Nueva York contra las muchachas de Leo y ahí comenzó a ser popular la Ramos Soccer International, una academia de futbol sólo para niñas de 4 a 19 años de edad.

UNA DIABETES TEMPRANA

Cuando se es joven uno no tiene ni conocimiento ni control sobre lo que come. Y sí, se come cualquier cosa, se toma refresco a ciertas e inapropiadas horas de la mañana, te vas por unos tragos y al día siguiente, con apenas tres horas o menos de sueño, te vas a jugar futbol o a trabajar, afirma Oscar Ramos.

Con este descontrol el cuerpo empieza a tener dificultades. A Ricardo le detectaron diabetes a los 27 o 28 años de edad y cuando comenzó a capacitarse para ser formador de niños y adolescentes cambió sus hábitos de alimentación, su planeación fue más adecuada y tuvo una disciplina que le permitió, hasta antes de que le detectaran covid-19, ya no usar ni pastillas ni insulina.

Su familia piensa que fue por la diabetes que “se desanimó para seguir, porque antes era complicado controlarla.

"Cuando ya teníamos conocimiento de lo que se debe hacer en salud integral, él cambió sus hábitos, sus pensamientos y leyó mucho sobre eso.”

En el año 2011 se fue a jugar futbol y se lastimó un pie, se le hizo una llaga y le entró una bacteria en la piel. Él no pensó que fuera tan grave y aunque comenzó un tratamiento se volvió a llagar y ya fue delicado: en 2017 le dijeron que le tenían que amputar entre el tobillo y la espinilla. No tuvo otra opción que ceder a eso y empezó a decaer su ánimo, y a perder contacto con las niñas del futbol.

Aun así, siguió. “De hecho el año pasado tomamos el curso del Sueño Alianza que es para formar entrenadores, formadores y preparadores físicos. Le encantaba hablar mucho de futbol y dejó muchos valores que hoy día se reflejan en los niños de la academia”, afirma Oscar.

LE GANA LA BATALLA AL CORONAVIRUS

El 23 de marzo de este 2020, a sus 48 años de edad acudió al hospital Bellevue para un tratamiento de diálisis, pero fue diagnosticado con Covid-19. Ricardo ya era diabético, hipertenso y había perdido un pie.

Durante su aislamiento en un hotel de Manhattan, en los peores días de la pandemia en Nueva Yotk, mantuvo contacto con su familia. Estuvo internado del 23 de marzo al 8 de abril, cuando por la mañana lo dieron de alta y lo enviaron a un hotel de recuperación.

Su hermana Alicia Ramos contó a una televisora estadounidense que Ricardo les decía que tenía “fiebre, dolor de cuerpo, vómito, diarrea (…) teníamos mucho miedo, por su estado, pero lo venció y me dijo, ‘estoy listo para regresar a casa’”.

Alicia le arregló su cama, le cambió sabanas. Estaba lista para esperarlo y le daba gracias a la virgen de Guadalupe porque lo había salvado, pero Ricardo no llegó y ya no respondió las llamadas de sus hermanos.

En el hotel donde estuvo en recuperación les dijeron “sólo sabemos que se fue y que su habitación está vacía”, pero no les pudieron precisar la hora.

"Aunque Ricardo traía un brazalete con su identificación, sus papeles y una carta, durante cuatro días lo buscamos en hospitales, pedimos ayuda al consulado y a la policía".

Nadie les dio ayuda y hasta el viernes 24 de abril un detective del Departamento de Policía de Nueva York les llamó para avisarles que logró ubicar el celular de Ricardo en el hospital Monte Sinaí. Ahí tampoco hubo quien les dijera cómo es que Ricardo ingresó, sólo que estuvo el día 20 y lo dieron de alta el 21”.

El caso se hizo una noticia fuerte, afirma Oscar, porque teníamos contacto con gente del futbol, como Marco Garcés director general de Pachuca; el profe Leo Cuéllar que actualmente es entrenador del América Femenil; Gerardo Lepe, un coordinador de Pumas; Raúl “El Potro” Gutiérrez y Mónica Vergara, que es actualmente directora de las selecciones femenil Sub 20 y Sub 17.

Después de 2006 comenzó a ser popular la Ramos Soccer International, una academia de futbol sólo para niñas de 4 a 19 años de edad. Foto: Facebook 

La ciudad era un caos en esos días que estuvo desaparecido. Al día morían entre 800 y 900 personas y las funerarias estaban totalmente llenas; cuando su familia lo encontró, después de cuatro días de búsqueda, el médico forense dijo que había tenido un paro cardiaco por las secuelas que deja el coronavirus en las personas que, como Ricardo, tienen otras enfermedades: el virus les deja secuelas ya sea de pérdida de cabello, de fuerza en el sistema óseo, y en el corazón.

Aunque él ya había superado el coronavirus le vino un paro cardiaco por algo emocional o algo triste; lo buscamos de todas las formas posibles, pero fue un detective el que nos llamó para decirnos que estaba en la morgue.

“Nosotros estábamos preparados para cualquier noticia que nos dieran, porque ya sabíamos que durante el tiempo que tuvo Covid-19 él necesitaba ciertos cuidados que no tuvo en ese momento, y pues sí dolió, pero al menos ya sabíamos dónde estaba.”

Después de cuatro semanas les entregaron el cuerpo y decidieron cremarlo porque además de que congelarlo costaba entre 18 mil y 20 mil dólares (unos 375 mil o 417 mil pesos mexicanos), lo tenían en un refrigerador donde había cuerpos que habían muerto también por covid.

Nosotros, agrega Oscar, lo tenemos en casa. Le hicimos un altar y lo tenemos acá. Tenemos sus cenizas y primeramente Dios si todo esto cambia, el año próximo haremos algo para que la gente pueda despedirse de él y ya después será sepultado en México, en Puebla, en Piaxtla, de donde son nuestros papás.

SU LEGADO

Oscar afirma que su hermano Ricardo dejó un legado muy bueno para los jóvenes del condado de Queens, y “pienso que primeramente Dios vamos a dar frutos con dos niños que están rompiéndola, son prospectos que ya tenemos en nuestra escuela y ahí se va a ver lo que él trabajó. Aunque lamentablemente no va a estar físicamente para verlo, pienso que espiritualmente estará alentando, esté donde esté, a ellos dos”.

Considera que “nos deja una buena enseñanza y vamos a seguir sus pasos. A la Ramos Soccer International la vamos a seguir manteniendo mientras podamos, aunque hay pocos alumnos por esta situación de la pandemia, pero seguimos y ahora estoy al frente de todo el proyecto.