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Por omisión del INAH mancha urbana invade legado tolteca

Hace un trienio activistas solicitaron al INAH proteger la zona arqueológica de Huapalcalco, antes de que un alcalde o un gobernador hagan uso del predio

Escrito en HIDALGO el

TULANCINGO.- La expansión de la mancha urbana hacia la zona arqueológica de Huapalcalco así como deterioro, saqueos e inseguridad son problemáticas que se originan por la falta de protección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), refieren activistas y vecinos de Tulancingo.

La destrucción del área que resguarda vestigios toltecas y teotihuacanos, así como pinturas rupestres de los primeros pobladores de Hidalgo inició hace más de 40 años, relata Remigio, vecino de La Cañada. Los nuevos dueños de predios arrasaron con sus tractores calzadas y basamentos para que la tierra fuese propicia para los cultivos, después, los terrenos se vendieron y comenzó la urbanización.

Hace dos años, yo vi cuando taparon los pisos y una estructura parecida a media esfera, que posiblemente era para agua, se quedó enterrada. Tan solo por mi casa había unas 10 pirámides, separadas por uno o dos kilómetros. La gente empezó a saquear los ídolos, hasta hay un señor que tiene su pared tapizada de figuritas. Cuando construyeron el seguro levantaron unas cosas gigantes”.

La zona alberga cerca de 20 montículos visibles; no obstante, sólo una plaza ceremonial con una pirámide y un anexo han sido restaurados –hace medio siglo–, el resto yace entre casas o nopaleras.

El INAH reporta cuatro momentos en los que el sitio fue ocupado, el tercero es el más importante, en el Epiclásico, cuando Huapalcalco estuvo en su apogeo como un lugar de paso entre la Cuenca del Valle de México y la Huasteca; además, por la explotación de obsidiana.

PINTURAS, GRAFITI Y MAGIA NEGRA

El complejo se ubica en las inmediaciones de los cerros la Meza y el Huiztle, que hace 14 mil años sirvieron como refugio de los primeros habitantes. En la cueva del Tecolote se localizaron el hacha de mano más vieja del país y el entierro de perros más antiguo del estado, el cráneo ahora se exhibe en el Museo de Antropología. También hay registro de representaciones de animales en color rojo (pinturas), según datos del INAH.

Hoy, los dos abrigos rocosos y la cueva tienen grafitis, basura, botellas de bebidas alcohólicas y plumas de gallinas, probablemente porque se utilizan para “magia negra”, pues las personas pueden ingresar a todas horas.

Incluso, en 2014 Televisión Azteca realizó un “reportaje” para el programa Extranormal, con la denominación de “cerro maldito en Tulancingo”, por los supuestos actos paranormales que se desarrollan en el cerro, sin que el INAH se pronunciara al respecto.

Este tipo de programas dan una connotación negativa al sitio y no ayudan a su rescate, menciona Alejandro Aldana Barragán, integrante de la organización Niebla y Tiempo, que se ha encargado de impulsar la declaratoria de zona de monumentos históricos de Huapalcalco y de divulgar su importancia.

Durante el día, la explanada recibe a familias o ciudadanos que realizan actividad física, pero están expuestos a la delincuencia por la falta de custodios. El biólogo Jesús Pavel Calderón Márquez, quien trabaja con la organización en un registro de la flora del lugar, refiere que el 17 de julio su vehículo fue robado.

Los ladrones forzaron la ventana. Es triste saber que no hay seguridad para los visitantes, la camioneta se encontraba en el estacionamiento y no hay ningún tipo de seguridad del INAH o del municipio”.

Según Aldana, el plan de manejo es necesario para resguardar también a las especies que viven allí, como lechuzas, cacomixtles, conejos, ardillas, víboras de cascabel, pájaros, además de evitar la extracción de magueyes para barbacoa o pulque.

UN TRIENIO SIN RESPUESTA

De acuerdo con el activista, el polígono abarca 32, 36 o 42 hectáreas –según los diferentes documentos del INAH–, pero de éstos sólo 11 pertenecen a los gobiernos estatal, municipal y federal, que son susceptibles de quedar en la declaratoria para su preservación y aún no son invadidos por las casas.

Hoy lo que debería proteger el INAH es lo que es propiedad pública, porque si se quiere poner a entenderse con gente que tiene 85 años, 30, 40 o más años va a ser muy difícil, porque este le compró hace años a otro que a su vez adquirió el predio a más personas. Lo que nosotros peleamos es que se proteja antes de que un alcalde o un gobernador haga uso del predio”.

Refiere que el instituto realizó “salvamentos”, es decir enviaba arqueólogos a realizar sondeos en los terrenos donde se pretendía construir, pero el inconveniente era que el particular debía pagar por los trabajos, valuados en precios de construcción de la Ciudad de México.

El 15 de mayo de 2017, mediante oficio, el INAH admitió la petición de Niebla y Tiempo para emitir la declaratoria, pero tres años y 10 meses después el organismo de cultura no ha respondido, pese a que la medida permitiría proteger la demarcación, así como incentivar el turismo y la investigación científica.

El artículo 5 de la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos establece el procedimiento para la emisión de la declaratoria “a petición de parte”, es decir solicitada por la sociedad civil en este caso; sin embargo, no contempla un plazo para que el INAH emita el “acuerdo de inicio de procedimiento de declaratoria de monumentos”.

Por este vacío legal y el tiempo de retraso, Niebla y Tiempo analiza iniciar un juicio de carácter administrativo ante la justicia federal para obtener respuesta, además de acercarse al Congreso de la Unión para reformar la ley.

El INAH se reserva el tiempo de contestación, ya vamos casi para cuatro años, sigue armando el expediente y la ley no lo fuerza porque hay esta laguna. Entonces, estamos viendo la cuestión para subsanar ese vacío”.

¿Y EL MUNICIPIO?

En su plan de desarrollo, el gobierno del priista Fernando Pérez Rodríguez (2016-2020) estableció como objetivo “trabajar en coordinación con sociedad civil, gobierno federal y estatal para lograr la declaratoria de Huapalcalco como Zona Arqueológica”, pero no lo cumplió.

Un mandato anterior (2012-2016), el panista Julio César Soto Márquez prometió gestionar el rescate ante el INAH, establecer un corredor turístico en la zona y colocar el “Cristo más grande de Latinoamérica”, de 55 metros de altura, en el cerro de la Mesa, proyecto del que sólo se colocó la primera piedra el 28 de marzo de 2011, pues se originó una controversia con la comunidad científica, que previó daños a la zona arqueológica.

Cesáreo Jorge Márquez Alvarado, alcalde de 2009 a 2012, sólo mencionó en su plan a Huapalcalco como antecedente histórico del municipio, pero no refiere acciones para su restauración. El priista fue electo nuevamente para el periodo 2020-2024 y rindió protesta el 15 de diciembre pasado.

Según Montserrat Barragán, presidenta de Niebla y Tiempo, los municipios tienen la capacidad de gestionar y divulgar su importancia, pero los recorridos en el turibús a cargo del municipio, antes de la pandemia, no son completos, además de que utilizan material hecho por la organización a manera de guía: Las cinco cosas que debes saber sobre Huapalcalco.

El audio que oía la gente era el nuestro, pero ellos cobran en el camioncito, lo que vienen a dar el recorrido usan el trabajo de la organización y al final de cuentas no hacen lo que tienen que hacer. Los bajan, caminan alrededor de la pirámide y se suben para irse, pero no les explican porque ni siquiera están capacitados. Nuestros recorridos duran dos horas y aun así no da tiempo para conocer todo”.

LA EXPERIENCIA DE HUAPALCALCO

La presidenta de la organización considera que falta educación desde nivel primaria para que los menores, cuando crezcan, respeten el lugar. Los jóvenes, dice, son generosos y participan en el rescate.

Sientes algo especial porque estás en medio de la mancha urbana y entras a un espacio en el que desaparece lo demás, es una experiencia interesante, algo se mueve adentro, pero si no tienes la información, no te llevas la experiencia completa”.

Antes de concluir su camino al trabajo, don Remigio, dice esperar que las nuevas administraciones pongan un granito de arena para la preservación de las pirámides que forman parte de su infancia.

A su mente viene un aguacero de la década de los 90 que inundó la parte baja, ocasionando la muerte del ganado, y se pregunta si quizá la lluvia fue el motivo por el que hace cientos de años los primeros habitantes de Tulancingo abandonaron el sitio para dirigirse a Tula.

 

Fotografías de Oliver García


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