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“Por la noche no se ve nada, parece pueblo fantasma”; viven sin luz en El Bordo

Para que CFE suministre luz pide a colonos comprar postes de 35 mil pesos, lo que provoca que coloquen diablitos y el voltaje sea deficiente para la localidad

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Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– Diario, entre 5 y 6 de la tarde, los habitantes de la comunidad El Bordo desconectan sus refrigeradores, licuadoras, televisiones o cualquier aparato eléctrico; desde hace más de 20 años el voltaje de luz no alcanza para todas las 400 familias asentadas en esta localidad situada a 15 minutos del centro de Pachuca.

En El Bordo los pobladores obtienen electricidad de dos maneras: la primera es suministrada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE)a través de facturas bimestrales, la segunda, colocando “diablitos”; la potencia no alcanza para todos.

Algunos colonos como Cristina y Ana María pagan por el servicio entre 120 y 270 pesos, mientras que otros lugareños como Rosa no han concretado su contrato porque la CFE les pide la instalación de postes, valuados hasta en 35 mil pesos y ante la falta de recursos, la opción para ella y al menos 50 familias más, es colgarse de la luz.

UN APARATO A LA VEZ

El Bordo colinda con Camelia y San Miguel Cerezo, se ubica a unos seis kilómetros del Reloj Monumental de la ciudad y el lugar es identificado por la mina que se incendió la madrugada del 10 de marzo de 1920, donde fallecieron 87 mineros.

Los vecinos indicaron que la zona también se caracteriza por la falta de luz que, por las noches, alcanza solo para alumbrar dos o tres focos de cada casa, mientras que las lámparas de las calles comienzan brillar con fuerza hasta la madrugada, cuando ya todos apagaron las bombillas de sus viviendas.

En el día los habitantes de la comunidad apresuran sus actividades como planchar la ropa, moler comida en la licuadora o cargar la pila de sus teléfonos antes de que caiga la noche y que entre todos los vecinos saturen el servicio.

Eso sí, de día o de noche solo pueden conectar a la corriente eléctrica un aparato a la vez, dijo Rosa Contreras, una mujer de 35 años de edad que lleva toda su vida viviendo en El Bordo.

La casa que habita junto con su esposo, su hija de 2 años y su padre, se localiza en la zona alta de la comunidad, sobre la calle Mina Escandón, donde es más aguda la problemática.

Por la tarde es un problema porque cuando prenden la luz todos, nosotros nos quedamos sin nada, sin luz, prácticamente”.

Por eso, mientras sus vecinos duermen o salen temprano con rumbo a sus trabajos, Rosa aprovecha para usar su licuadora.

Entre 7 y 8 de la mañana ya está moliendo los alimentos que va a guisar para comer por la tarde, ya que de otra manera la luz no le alcanzaría porque conforme trascurre el día, los demás habitantes también desarrollan sus actividades de casa.

Un día normal para mí es a las 7 u 8 de la mañana moler en mi licuadora porque si me espero hasta las 2 de la tarde, ya no prende”.

Con el paso de los años, Rosa también se acostumbró a desconectar algunos de sus electrodomésticos; por ejemplo, el refrigerador lo apaga a las 7 de la tarde, pero a medianoche lo reconecta para mantener fría la insulina que ocupa su papá.

SIN CONTRATO DE LUZ

En el Bordo, los diablitos se convirtieron en una opción para los vecinos que no tienen un contrato con la CFE.

Los colonos coinciden en tener disposición de regularizarse, pero también reconocen que no cuentan con dinero para colocar la infraestructura que les pide la empresa para formalizar el servicio en las casas.

Ya hay muchos colgados, pretendemos hacer contrato, pero no dan solución. Nosotros queremos que nos llegue buena luz porque pagar por mala calidad, estaría mal”, mencionó Rosa.

La habitante indicó que ya realizó tres solicitudes de contratos, una en el año 2010, otra en 2012 y una más en la anualidad de 2015.

Sin embargo, relató que cuando acudió a iniciar sus trámites en la sucursal ubicada en la colonia Santa Julia, le pidieron contar con dos postes valuados en 35 mil pesos; por ello, consideró que juntar el dinero mediante préstamos o ahorros sería una mala inversión porque la luz no llega con fuerza a El Bordo.

Fotografías de Lorena Rosas

Al respecto, la CFE menciona como requisito que para hacer un contrato de casa habitación, el poste más cercano debe estar a 35 metros tratándose de un área urbana y a no más de 50 metros del lugar donde se instalará el medidor si es una zona rural; no obstante, el poste más próximo a la casa de Rosa no coindice con los estipulado por la CFE.

Mi poste está a 100 metros, pero me dicen que debe estar cruzando la calle y no lo hay, por eso no me pueden hacer el contrato”.

La problemática que padece Rosa es generalizada en unas 50 familias que habitan en la zona alta de El Bordo, estimó la habitante.

Quien también precisó que en la parte cercana a donde se edificó el memorial de los mineros, la dificultad es menor porque hace medio año la CFE colocó un trasformador que ayuda a esos habitantes, aunque ese voltaje no alcanza para toda la comunidad.

La parte alta no ha querido hacer contratos por lo mismo, que de que la verdad no hay luz, las lámparas no prenden y eso que son de vía pública, alumbran a las 2 o 3 de la mañana cuando ya toda la gente apagó sus aparatos”.



Asimismo, puntualizó que los pobladores como ella aspiran a que el servicio que van a contratar sea de calidad y no como el de aquellos vecinos que tienen contrato, pero padecen la misma problemática de luz.

No nos estamos negando a hacer un contrato, simplemente queremos algo de calidad, todos estamos en la mejor disposición de pagar el servicio, pero los postes son carísimos”.

A la escasez de electricidad se le suma el inconveniente de los cortos circuitos que la CFE tarda en reparar hasta una semana y durante este tiempo, no hay luz ni siquiera para los focos de la noche o para el uso de un electrodoméstico. Los vecinos atribuyen esta complicación al número de personas colgadas a los postes.

LOS VECINOS CON CONTRATO

Mientras que algunos colonos carecen de contratos, personas como Cristina Reyes Ruíz y Ana María Álvaro Trejo si lograron formalizar sus servicios desde hace 12 y 20 años, respectivamente.

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Actualmente, sus recibos de luz les llegan de 120 a 270 pesos, aunque consideran injusto desembolsar dinero cuando el servicio es deficiente.

Es incómodo porque estamos pagando y no tenemos buena luz. No se vale que nosotros estemos pagando y no nos llegue la como debe de ser”.

Al igual que los demás vecinos, Cristina debe desconectar su refrigerador, aunque dijo que por prender y apagar continuamente los electrodomésticos ya se le quemó un refri y una televisión.

Actualmente el problema de luz lo padece más su hijo de 12 años, quien cursa en línea la secundaria debido a la contingencia sanitaria por covid-19. Para sus actividades necesita un módem que requiere estar conectado a la corriente para usar internet; sin embargo, por las tardes y noches la luz ya es insuficiente.

Además, los trabajos escolares los debe realizar desde su celular porque una computadora no aguantaría con la electricidad que llega a El Bordo.

Ana María también tiene contrato desde hace más de dos décadas y aunque reconoció que la luz siempre fue un problema desde que llegó a habitar en la comunidad, también consideró que aumentó a raíz de que se fue poblando la zona.

Actualmente, el hijo de Ana María está en proceso de construir una nueva vivienda. Fue hace alrededor de seis meses cuando acudió a realizar el trámite a la CFE y al igual que Rosa, le comentaron lo de los postes para lograr obtener el servicio.

Por ello, Ana María indicó que a su familiar no le quedó de otra que adquirir cuatro que le costaron casi 40 mil pesos, aunque ella y su hijo todavía desconocen si la luz funcionará porque la casa está en edificación y aun no es habitable por completo. 

https://youtu.be/6eP2mWfct1g

sjl