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Melissa fue asesinada en víspera de Navidad, a un año su feminicida sigue prófugo

Aquel día, a pesar de que todo ocurrió en el hogar de sus suegros, Melisa no fue auxiliada para evitar su asesinato

Escrito en ESTADOS el

Era víspera de navidad de 2020, Melisa Areli Rojas estaba en casa cuando fue asesinada a manos de Miguel Ángel Chávez Nieto. A un año del crimen, el feminicida sigue prófugo 

Melisa tenía 29 años de edad, vivía en San Francisco Yosocuta, Huajuapan de León, municipio de la mixteca en Oaxaca. Era madre de tres niños. La madrugada del 20 de diciembre, la vida le fue arrancada con heridas de arma punzocortante asestadas en cabeza y pecho.

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Aquel día, a pesar de que todo ocurrió en el hogar de sus suegros, Melisa no fue auxiliada para evitar su asesinato. Al quedarse sin su madre y con su padre prófugo, los tres niños se quedaron a cargo de la familia del agresor. 

Con la exigencia Justicia para Melisa, familiares de la joven acompañados por el colectivo Marea Verde e Hijas de la Luna, realizaron este 20 de diciembre, en su aniversario luctuoso una concentración en la entrada de la agencia en donde la joven tuvo su domicilio. “Tomamos tu voz prestada y seguimos exigiendo justicia”, señalaron colectivas feministas.

De acuerdo con las cifras de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, el 30 por ciento de los feminicidios cometidos en Oaxaca durante 2021 sucedieron en la región de la Mixteca, en el lugar en donde fue asesinada Melissa.

ALEGRE, TRABAJADORA, ASÍ ERA MELISSA

Gerarda Pastrana, madre de Melissa describe a Melisa como una joven alegre, dedicada a la pesca, trabajadora y que a pesar de la precariedad en la que vivía no se quejaba.

“Melisa se fue a los 14 años con este hombre que no la merecía porque ella llegó a una casa que no tenía ni luz ni agua. Cocinaba en leña, así tuvo a dos de sus hijos sin luz. Ella nunca se quejaba, nunca supimos que él la maltrataba, sólo ella sabía. A veces llegaba a casa de mi mamá y sólo decía que se habían enojado”, explicó

Desde el asesinato de Melisa, las autoridades no han logrado ejecutar la orden de aprehensión y han dejado en manos de la familia la responsabilidad de la búsqueda.

Para Karla Micheel Salas Ramírez, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social la falta de ejecución de órdenes de aprensión en al menos cuatro casos de feminicidios analizados por el Tribunal Feminista, del que ella formó parte en Oaxaca da indicios de un negocio de extorción al interior de la fiscalía del estado. Las órdenes estarían siendo vendidas a los feminicidas para evitar su cumplimiento. 

“Consideramos que esto está pasando en Oaxaca. Hemos detectado que en otras entidades las órdenes de aprehensión tienen un costo y sirven como un mecanismo de extorsión de la policía de investigación hacia los feminicidas. Es decir, si no quieren que se ejecute, los feminicidas tienen que pagar”, explicó Salas Ramírez.

Al analizar siete casos de feminicidios en Oaxaca, destacó que todo indica que en la entidad la justicia tiene un precio. “Lamentablemente no importa si el caso se encuentra investigado en una sede fiscal o judicial, las autoridades no actúan a partir del cumplimiento de la ley sino de quien les ofrece más recursos”, apuntó.

De los feminicidios analizados, en cuatro hay órdenes de aprehensión, la más antigua data de 2013 y la más reciente de 2021, pero ninguna se ha ejecutado incluso en aquellos casos en donde la familia ha avisado a las autoridades en el momento en que los ve y en donde los está viendo.

“Es una especie de extorsión, le dicen al agresor: tenemos una orden de aprehensión en tu contra, la cumplimento o pagas determinada cantidad. Hay un problema real en muchas fiscalías y Oaxaca no es la excepción de casos donde tenemos este patrón de muchas órdenes de aprehensión por delitos relacionados con violencia de género que no se están ejecutando. Hombres violentos que son señalados por violencia sexual, familiar y feminicidio que andan con total libertad e impunidad porque las instituciones no están reaccionando”, destacó.

“El estado de Oaxaca tiene un marco legal que ha ido reformándose para poder tener las investigaciones adecuadas y sin embargo continúan con las mismas omisiones y deficiencias que hace 25 años”, destacó Norma González Benítez, de Amnistía Internacional

En un estado en donde lo que prevalece es la impunidad en este tipo de crímenes se envía un mensaje fuerte a la sociedad que permite que la violencia continúe y se repita.

Ambas expertas indicaron que frente a todo este mar de impunidad la lucha de las madres que exigen justicia se ha vuelto fundamental para frenar y buscar transformar estos sistemas. “Aunque lentos, se van a ir generando cambios”.


(djh)