HUEJUTLA.- Cuatro días a la semana, con cubrebocas y gel antibacterial alumnos de la Telesecundaria 81 de Tehuetlán acuden con el profesor Rogelio Martínez Meyer, quien brinda asesorías en su vivienda de manera presencial, pues los adolescentes carecen de televisión o internet para cumplir el programa Aprende en casa.
Vienen de aquí mismo, hay unos pueblitos aquí cerca. Ellos bajan caminando, unos con trasporte y otros por vereda. Llegan con sus padres, luego se van y regresan otra vez en la tarde vienen por ellos.”, menciona en entrevista telefónica.
Con pan y café en el estómago los estudiantes de primer grado se presentan en el hogar y cerca de las 11 de la mañana, cuando puede, el catedrático ofrece “un taquito” o algunos refrigerios, con ayuda de su esposa. Dice que los alimentos también forman parte de una educación adecuada.
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Los padres tienen la disposición de informar cuando los menores falten por enfermedad, aunque no se han registrado casos de covid-19 como en la cabecera municipal.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) ordenó que no se repruebe a ningún alumno, lo que consideró “controversial”, aquellos que no acudieron a recibir asesoría acreditarían el curso, mientras otros asisten más de una vez por semana.
Las matemáticas se les dificultan mucho a todos ellos, en las cuales hay que razonar, o la materia de Inglés. Sus papás no los pueden enseñar porque algunos ni siquiera terminaron la primaria o no saben leer ni escribir, otros tienen licenciatura o carrera. Si tienen dudas, preguntan a sus hermanos mayores que estudien en el Cobaeh”, explicó.
La situación de Tehuetlán se replica en distintos puntos del país, ya que 67.9 por ciento de docentes reporta obstáculos en la atención de estudiantes con alguna vulnerabilidad, según el estudio, Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia por covid-19, elaborado por la SEP.
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MÁS GASTOS PARA LAS FAMILIAS
La pandemia representa más gastos para estas familias. El cuadernillo de SEP precisa que en secundaria sólo 23.3 por ciento de educandos tiene un celular de uso exclusivo, 50.2 una computadora y 16.7 un escritorio para realizar sus tareas.
Tienen que sacar copias de los trabajos, pagar una hora de ciber café, ir a descargar las tareas, los trabajos. Es un poquito más gasto porque pagan 10 pesos, tienen que estar investigando y es más trabajo para quienes no tienen internet”, refiere Rogelio Martínez.
Aunque algunas familias cuentan con dispositivos móviles, a veces no hay cobertura en todas las localidades o los menores poseen un “cacahuatito”, es decir un equipo austero sin sistema operativo Android, añade.
La falta de conectividad y televisores hacen de la escuela un lugar poco viable para recibir las asesorías.
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DESERCIÓN Y PANDEMIA
Hasta ahora, los 28 alumnos de primer año a su cargo han respondido para continuar su educación; sin embargo, el maestro advierte que es probable que la contingencia influya en la deserción en el segundo grado, donde en condiciones normales es más frecuente.
Los que he contactado sí han venido, todos. El año pasado tuve segundo y hubo mucha deserción, a lo mejor el problema sería el cambio de ánimo, no sé qué será. Posiblemente (se repita), como no los están obligando a ir a la escuela, no tengan mucha presión por los papás”.
De los padres de familia, encuestados en el estudio, 79 por ciento de las madres y padres de familia señaló que sus hijos regresarían a clases en el ciclo 2020-2021, 16.8 mencionó que no lo sabía y 4.2 indicó que no volverían.
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Asimismo, consideraron que una de las principales necesidades (48.7 por ciento) era obtener apoyos económicos como becas, transporte y alimentación para que sus vástagos continúen con su formación académica.
El profesor menciona que los directivos han dialogado sobre las condiciones del retorno a clases presenciales; no obstante, aunque en su vivienda los estudiantes siguen los protocolos sanitarios, consideró que en el plantel, con una matrícula de 300 personas, sería “complicado” vigilar el uso del cubrebocas y la sana distancia.
El maestro pidió a los padres hacer un esfuerzo para que los menores continúen su formación escolar y para la vida.
emh