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Lidia acompaña a otras madres que como ella perdieron a sus hijas

Lidia se sumó a la manifestación por Nicole, niñas y mujeres asesinadas que se realizó en Tizayuca porque a ella le arrebataron a una hija

Escrito en HIDALGO el

TIZAYUCA.– A más de tres años del asesinato de Diana, su mamá Lidia Florencio Guerrero marchó en Tizayuca para acompañar a otras madres que como ella exigen justicia por el feminicidio de sus hijas.

Diana Velázquez Florencio tenía 24 años cuando fue asesinada la madrugada del domingo 2 de julio de 2017 en Chimalhuacán, Estado de México.

Por ello, su mamá recorrió más de 60 kilómetros desde aquel lugar donde privaron de la vida a su hija para llegar al municipio colindante de Tizayuca, Hidalgo, donde se incorporó a la movilización que mujeres realizaron este viernes para recodar a las víctimas de feminicidio.

Aquí estamos, tratando de acompañar a otras familias porque sabemos lo que nosotros pasamos, lo que sufrimos con la desaparición de una hija, sabemos el difícil proceso que tenemos que seguir para acceder a la verdad y justicia”.

Entre las banderas moradas que portaron las mujeres que asistieron a la marcha de Tizayuca para exigir justicia por Nicole, niñas y mujeres desaparecidas o asesinadas sobresalió una manta blanca con el rostro impreso de Diana. En la foto se le observa el cabello trenzado, pues a decir de su mamá, era su peinado favorito.

Además de las trenzas, también le gustaba visitar museos y comprar libros, tanto que tenía una pequeña biblioteca en casa que, a casi tres años de su partida, sigue intacta.

Diana trabajaba vendiendo dulces en las avenidas de Chimalhuacán para conseguir dinero y comprarse una laptop para hacer su preparatoria en línea.

Tenía muchos proyectos de vida, muchos sueños, definitivamente nos desgraciaron la vida, al igual que a ella se la arrebataron”, dijo Lidia.

LA DESAPARICIÓN

La última vez que Lidia vio a Diana fue la madrugada del 2 de julio. La joven salía a hablar por teléfono afuera de su hogar, concluía sus llamadas y entraba de nuevo a su domicilio, pero aquel domingo no regresó. 

Ella a veces se salía y hablaba en la calle, entonces nosotros pensamos que estaba afuera, pero cuando me asomé no estaba. Le empecé a hablar por teléfono y tardó muchísimo en contestarme, cuando me contestó solo me dijo "ya voy" pero ya no regresó”.

La familia salió a buscar a Diana y al no encontrarla acudieron a levantar una denuncia por desaparición, la cual no prosperó al momento con el argumento de que habían pasado “muy pocas horas” desde la última vez en que fue vista.

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La madre de familia insistió en marcar al número telefónico de Diana y fue hasta el mediodía del 2 de julio cuando entró la llamada y contestó una mujer que no era su hija.

Desde ahí empezamos a buscarla por nuestra cuenta, en la tarde entró una llamada a su teléfono, era una mujer, nos dice que ese teléfono lo había comprado a mediodía en un municipio cercano. Con esa información es que nos levantan la carpeta de investigación”.

SOLAS LOCALIZARON A DIANA

Diana fue localizada por su hermana y su madre hasta el 5 de julio en el Servicio Médico Forense de Nezahualcóyotl, donde acudieron para reconocer el cuerpo que tenía huellas de golpes, abuso sexual y estrangulamiento. 

Era un lugar nefasto en donde definitivamente no hay dignidad para nuestras hijas, estaba tirada en el piso sin ninguna preservación, ni siquiera una manta que cubriera su cuerpo, con otros cuerpos a un lado, definitivamente es indignante como encuentra uno a sus hijas después de que son asesinadas".

A Lidia nadie le notificó sobre el hallazgo del cuerpo, ella junto con otra de sus hijas acudieron a pedir informes únicamente para descartar que Diana no estaba en el Semefo, pero ahí la encontraron.

Es demasiado doloroso lo que nosotros pasamos, lo que vivimos al saber todo lo que ella sufrió (…) En mi corazón hay mucho amor para mi hija, pero también indignación y rabia por cómo me la asesinaron, también hay impotencia ante el actuar de las autoridades, pero de algo estoy segura, no me voy a rendir ni me voy a cansar, aquí estamos por las niñas que nos arrebatan”.

SIN JUSTICIA

Lidia considera que el camino para acceder a la justicia ha sido complicado, pues hasta el momento no hay una sentencia condenatoria en contra del único detenido y recluido en el penal de Nezahualcóyotl.

Asimismo, consideró que, desde el momento de la desaparición, hasta el hallazgo del cuerpo y posterior proceso judicial, las autoridades procuradoras de justicia son indolentes.

Vemos que la indolencia, ineptitud y muchas veces la corrupción, la inoperancia de los servidores públicos, hace que no haya avance en las desapariciones, que nos hagan dar vueltas y vueltas para decirnos que, si están trabajando, pero nosotros vemos que todo es muy lento”.

Asimismo, señaló que quienes perpetran los ilícitos “gozan de impunidad”, debido a que las autoridades no aplican los protocolos de búsqueda inmediata de niñas, adolescentes y mujeres.

Es un mensaje que le dan a los asesinos para que ellos sigan cometiendo lo que hacen todos los días. Eso nos llena de rabia para seguir alzando la voz, saliendo a las calles, nosotros mientras no termine esta impunidad nosotros vamos a seguir tomando las calles porque definitivamente está violencia hacia nuestras hijas no se termina y por eso aquí vamos a seguir apoyando a las familias”. ?

Fotografías de Lorena Rosas

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