PACHUCA.- César Villeda Peña se volvió devoto de la Santa Muerte después de que ella le concedió el milagro de incrementar las ventas de su tienda, en agradecimiento, cada 2 de noviembre viaja de Chimalhuacán, Estado de México, a Pachuca para honrarla.
El culto por la niña blanca de César empezó en 2015, cuando su hermano le recomendó pedirle favores a cambio de ofrendas, después él transmitió la creencia a su esposa y a sus dos hijos, una niña y un niño.
Siempre y cuando tengamos fe más que nada, es milagrosa, mucha gente como que no cree, pero nosotros que llevamos años, sabemos que sí es milagrosa”.
Para honrar a su santa patrona, César y su familia llegaron desde temprano al mercado de Sonorita, donde se encuentra la Catedral de la Santa Muerte.
La familia carga una estatua de la deidad pagana de más de medio metro de altura. Lleva un sombrero blanco que hace juego con el vestido salpicado por brillantina plateada. En una mano trae una lata de cerveza y en la otra una rosa roja.
Mucha gente nos hace el fuchi, de que somos brujos, mala gente, que somos malos y la gente que son de otra religión piensan cosas malas, pero en realidad, sabemos que no, siempre y cuando tengamos fe en nuestras creencias, pero mientras podamos cada año vamos a estar aquí y más si mis hijos continúan la tradición”.
NO TRAIGO CUBREBOCAS, PERO ES LA FE QUE UNO LE TIENE
Marco Antonio Flores López es un devoto originario de la capital del estado.
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Hace 10 años que se inició en el culto a la Santa Muerte, aunque fue hace tres cuando empezó a llevar una estatua de más de un metro de altura, es un regalo que le dieron en una peregrinación.
Yo con ella llevo 10 años, me la donaron en la peregrinación que va de Pachuca para Tepatepec, a mí me la donaron. Todo esto es mucho la creencia, ahorita no traigo ni cubrebocas pero es la fe que cada uno le tiene, cada quien sus religiones”.
Como Marco y César cientos de devotos llegan de todas partes a la Catedral de la Santa Muerte cada 2 de noviembre, la fecha de su festejo. En el centro del lugar se levanta una imponente estatua de seis metros de altura, rodeada de una fuente y iluminación led.
LAS DISTINTAS MUERTES
De acuerdo con Oscar Pelcastre Almanza, El Perro, dueño del santuario y autodenominado “obispo negro”, en la Catedral hay estatuas de la Santa Muerte vestidas con ropones de diferentes colores, de acuerdo con el color, es el tipo de favor que se le solicita, aunque la ofrenda casi siempre es la misma: comida, cerveza o flores.
Figura a la que se le pide dinero y abundancia. Viste dorado como el dinero y al interior del pedestal hay dólares.
Hay otra a la que se le solicita empleo, o prosperidad en el trabajo. El rostro de dicha figura está hecho de plata en honor a la actividad minera que alguna vez hubo en Pachuca.
También hay una Santa Muerte que carga ropa de bebé, a ella acuden las mujeres que tienen problemas para concebir o que piden salud para sus hijos.
Santa Muerte a la que se le pide salud para los recién nacidos.
También hay un pasillo llamado Santa Marta Acatitla, como el reclusorio femenil de Iztapalapa. Ahí acuden los familiares de personas privadas de la libertad para solicitar ayuda a la Santa Muerte para la liberación de sus seres queridos.
Santa Muerte a la se le pide libertad para los presos
Algunas de las imágenes de esta zona del santuario son donaciones labradas en madera que realizan expresidiarios, como gratitud por recuperar su libertad.
Donación realizada por un ex presidiario, tallada en madera
Creyente de la Santa Muerte, originaria de Santiago Tlapacoya, Pachuca, Hidalgo
Creyente de la Santa Muerte, originaria de San Bartolo, Pachuca, Hidalgo
Creyente de la Santa Muerte, originaria de Zumpango, Estado de México.
Fotografías de Lorena Rosas
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