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La ceguera de Ricardo lo arrojó al desempleo y a trabajar en las calles

Ricardo vende palanquetas en el bulevar Rojo Gómez después de perder la vista por una negligencia médica

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Para subsistir, Ricardo de 54 años de edad vende dulces sobre el bulevar Javier Rojo Gómez, en Pachuca; desde que perdió la vista, las empresas no lo contratan. 

Desgraciadamente por mi discapacidad visual no he podido conseguir trabajo, no me dan la oportunidad de trabajar, entonces tuve que salir a la calle y enfrentar mi situación, buscar para poder sobrevivir, por eso llegué al crucero, no me quedó de otra”.

Auxiliado de un bastón, para calcular la distancia entre los autos, una gorra para cubrirse del sol y un alambre que se cuelga del brazo, don Ricardo vende sus productos y camina por el acotamiento de la vía a partir de las 8 de la mañana y hasta de las 3 de la tarde.

La organización Impunidad Cero expone que la tasa de desempleo de las personas con discapacidad es muy elevada y quienes logran un empleo, lo hacen en puestos de bajo nivel donde no se les paga apropiadamente por las actividades que realizan.

No me dieron trabajo, es difícil y desesperante porque si a las personas que tienen sus cinco sentidos no les dan trabajo, ahora a alguien que no ve, está mucho más complicado, cuando fui a buscar empleo me decían que no tenían vacantes, que diera otra vuelta, pero ahí te traen, vuelta y vuelta”.

ARROJADO A LA INCERTIDUMBRE

Hace dos años Ricardo perdió la capacidad de ver y leer el periódico, una de sus actividades favoritas, y al mismo tiempo, su empleo en una fábrica de calzado.

Por una mala operación que me hicieron tengo dañado el nervio óptico. Del ojo derecho veo como si observara una hoja blanca tamaño carta, así veo, y del ojo izquierdo muerta la retina, tengo una visión del 7 u 8 por ciento y eso porque uso un lente de contacto”.

Ante la falta de oportunidades laborales, Ricardo Padilla decidió autoemplearse y fue así como compró palanquetas y chicles que revende desde hace cuatro meses entre los vehículos y transeúntes que pasan por el bulevar Javier Rojo Gómez esquina con el viaducto Río de las avenidas, a unos 400 metros de la Central de Autobuses.

Al igual que este hombre, en Hidalgo hay 389 mil 491 trabajadores independientes, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE); sin embargo, estas numerarias que corresponden al primer trimestre de 2021, no muestran cuántas personas tienen discapacidad, aunque si precisan que 12 mil 691 son ambulantes, como Ricardo.

Aunque salir a las calles y elegir su espacio de trabajo en este bulevar de la capital de Hidalgo no fue sencillo ya que Ricardo pasó por una depresión que duró un año, pues no pensó que las cataratas que le diagnosticaron hace más de una década lo llevarían perder el sentido de la vista, aunado a lo que consideró una mala operación por parte de un cirujano retinólogo, de quien omitió el nombre.

Yo no sabía que teníamos presión ocular en los ojos y entonces este doctor no me checo la presión ocular, así me operó y ahí fue donde desarrollé glaucoma y ya después fui perdiendo poco a poco la vista”.

CAMINAR ENTRE AUTOS

A principios de febrero y aun con la pandemia, Ricardo eligió este bulevar de la ciudad porque así se puede trasladar en una combi desde el barrio San Clemente, donde vive, hasta la Central de Autobuses.

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Y aunque indicó que adaptarse a los traslados fue fácil, también reconoció que caminar en el acotamiento es peligroso. 

Me he adaptado y acostumbrado, sé que estoy expuesto a una caída, a un accidente, a un tropezón, pero ya es algo cotidiano para mí. Me daba miedo salir antes a la calle, pero ahora ya no, sino salgo a la calle, es peor”.

Adecuarse al tránsito de los autos no es lo único que debe enfrentar, pues agregó que, en ocasiones, algunos automovilistas dudan y preguntan sobre su discapacidad. 

Hay gente muy noble, de muy buen corazón, hay gente que te apoya, pero alguna cree que uno se hace tonto, pero no es así, a veces me cuestionan si veo y les explicó que solo de un ojo al 8 por ciento”.

A través de la investigación “El derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social”, Mariana Díaz Figueroa expuso que la discapacidad es una problemática derivada de las barreras físicas y sociales impuestas por la sociedad a las que se enfrentan las personas y que limitan o eliminan el ejercicio de sus derechos.

En su texto, la investigadora también señala que las personas con discapacidad se encuentran más excluidas de las actividades económicas y aquellas que sí tienen un empleo, reciben por su trabajo el 66 por ciento de lo que ganan los individuos sin discapacidad.

Por ello, en dicho documento impulsado por la organización Impunidad Cero, se plantea que las instancias de gobierno deben diseñar las estrategias para hacer efectivo el derecho al trabajo de las personas con discapacidad.

 

sjl