Main logo

INM intenta deportar a bebé mexicano por parecer centroamericano

En una redada en Tenosique, agentes migratorios detuvieron a Liliana y a tres de sus hijos, uno de ellos recién nacido en México, porque parecía de Honduras

Escrito en ESTADOS el

TENOSIQUE.- Liliana es una mujer que salió de Honduras con dos hijos y embarazada de otro. Se fue a escondidas de San Pedro Sula porque está amenazada por su expareja, un integrante de la pandilla MS13.

TAMBIÉN LEE: El calvario de migrantes centroamericanos que sobreviven en Cd. Juárez

Su bebé nació con siete meses de gestación, el 19 de julio en Tapachula, Chiapas, mientras aguardaba la resolución a su petición de refugio. Y como miles en esa ciudad, se cansó de esperar la respuesta de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y se unió a una caravana migrante que salió en agosto a pie rumbo al centro del país.

Aquel 29 de agosto de 2021 fueron detenidos en Mapastepec, Chiapas, la caravana había parado a descansar. Liliana había encontrado una casa donde se quedarían unos días. Pero los agentes del Instituto Nacional de Migración allanaron casas, hoteles y cuarterías sin órdenes judiciales, respaldados por elementos armados de la Guardia Nacional. 

Yo me había ido a una casa para bañarme y llegó el relajo. Todo taparon. Yo pensé que ahí (en la casa donde se refugió) no iban a llegar. Se llevaron a todas las personas que estaban en el parque, se metieron a los hoteles sacando gente

Liliana se aferró a su bebé de un mes cuando empezó la redada. Cuando los agentes de Migración entraron a la casa donde estaban, les dijo que su hijo es mexicano y que por ley no deberían detenerla ni a ella ni a él.

Yo les dije que yo tenía los papeles del niño (que acreditan su nacionalidad). Se los enseñé y me dijeron que no valía ese papel

En la cacería de migrantes se llevaron por la fuerza a Liliana, a su bebé mexicano y a su hija mayor. “Me agarraron del brazo. Yo iba cargando al bebé”. Pero faltaba uno más de la familia. 

José, de ocho años, había corrido en estampida junto con un grupo de mujeres hondureñas cuando se escuchó el escándalo de la redada en el pueblo.

“El niño más grande se me había perdido porque unas muchachas pegaron la carrera al monte y él se fue tras de ellas. El creyó que yo también iba a correr y yo no corrí”, contó Liliana a Pie de Página desde un lugar seguro. 

Cuando entraron por ella al domicilio particular donde estaba, Liliana dijo a los agentes de migración que no se iría sin su hijo. Insistió hasta que un agente de Migración buscó y encontró al niño y lo reunió con su familia. 

LA EXPULSIÓN

La mamá con sus tres hijos fue llevada por la fuerza a uno de los autobuses blancos alquilados por el INM para expulsar a miles de migrantes cada día en los estados de Chiapas y Tabasco sin trámite legal de por medio.

En su trayecto hacia el autobús atestiguaron la represión violenta en que un elemento del INM pateó la cabeza de un hombre haitiano que se encontraba en el piso. 

En el autobús había un baño sucio y hombres amarrados de pies y manos ocupando tres asientos. Pedían que los suelten. Gemían, gritaban. “A uno lo golpearon con su niña en brazos. Él clamaba por sus maletas donde estaban sus papeles. A él lo amarraron con unas abrazaderas y cinta en pies, manos y boca”.

Los agentes de Migración les tomaron fotos y registraron el nombre de cada persona asegurada en el autobús. No soltaron a los migrantes maniatados. Tampoco le dijeron a nadie a dónde iba el autobús ni cuál era su situación legal en ese momento o en qué situación migratoria se encontraban.

El autobús salió de Mapastepec alrededor del mediodía y llegó alrededor de las 3:00 horas del día siguiente a una ciudad que no conocían. Cuando bajaron les informaron que se encontraban en Villahermosa, Tabasco. 

Les dieron un oficio de salida del país expedido por Fermín García Lázaro, encargado de la Oficina de canalización de niñas, niños y adolescentes solos y acompañados del INM en Villahermosa, Tabasco, el 1 de septiembre.

El documento muestra una fotografía de ella dentro del autobús, recién detenidas, y explica que el oficio de salida se expide “a petición expresa” de la persona que está por abandonar México.  

SIN POSIBILIDAD DE REGULARIZACIÓN

Según Alejandra Elizalde Trinidad, coordinadora del Programa de género y migración de la organización Formación y Capacitación (FOCA) México, “no está ofreciendo posibilidades de regularización de ningún tipo” a personas como Liliana, que tiene a su bebé nacido en México. 

El bebé mexicano fue concebido en un sector controlado por la MS13 de San Pedro Sula, al norte de Honduras. Su papá biológico era una amenaza permanente para él, su mamá y sus dos hermanos. De hecho, sigue siendo un peligro hasta la fecha. 

Por eso Liliana dejó su casa y se escondió en un cerro con un familiar y planeó su salida de Honduras durante varias semanas. Por eso, pese a su embarazo de tres meses, se arriesgó a irse con sus otros dos hijos a la ruta migratoria, que ya desde Honduras está llena de “polleros” y tratantes de personas de las que podría haber sido presa fácil.

Por eso pidió refugio a la COMAR, pero la espera se le hizo demasiado larga dentro de un albergue para migrantes. 

En julio, Liliana tuvo una complicación en su embarazo y fue llevada por el grupo Beta del INM a un hospital de Tapachula donde tuvo el parto con siete meses de gestación. 

Y cuando recibió llamadas amenazantes a su teléfono con lada de México, ya con su bebé en brazos, decidió unirse a la caravana migrante y salirse de Tapachula.

“Según la ley mexicana es un derecho, esta chica podría tener la regularización sin que se la cuestionen, es un trámite administrativo, pero tiene que pagar”, dijo la trabajadora de FOCA, una organización basada en el estado de Chiapas, con trabajo en terreno en la frontera sur.

Después de la redada y su traslado arbitrario, decidió no abandonar el país, sino intentar seguir hacia el norte. El mismo día que lo intentaron, sufrieron un intento de secuestro. 

El bebé tapachulteco está bien. Liliana ha conseguido seguir adelante con la lactancia y eso le ha dado fuerzas suficientes a su hijo. Ella se imagina a su niño estudiando una profesión y después “con un buen trabajo y que me pueda ayudar a mí”. Lo mismo dijo de sus otros hijos.

 

Reportaje completo aquí.

 

rst