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Ingrid, la joven abusada por su padrastro por más de una década

La víctima se escondió unos días por el temor a que su agresor le hiciera algo, tras haber denunciado el calvario que vivió a manos de él

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- A través de su cuenta de Facebook, Ingrid denunció que, desde que tenía 7 años de edad, su padrastro abusaba sexualmente de ella. Tras haber publicado la denuncia, la joven -hoy de 17- desapareció; se presumía que su agresor le hizo, pero no fue así.

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Este domingo, la Fiscalía General del Estado (FGE), misma que el sábado emitió la Alerta “Alba” para buscarla, reveló que la joven fue hallada y que se había resguardado por temor a que le sucediera algo peor.

Según los datos que la misma víctima difundió que estaba temerosa porque su agresor, un empleado de la Jurisdicción Sanitaria número 1, de la Secretaría de Salud de la entidad, la amenazó de muerte, pues al parecer siempre está armado. Hasta el momento, no se sabe del paradero del presunto agresor.

Ingrid escribió la historia de horror que vivió a manos de Felipe Díaz Coello desde hace por lo menos una década e, incluso, dio a conocer que, a pesar de haberle contado todo a su madre, ésta solo le pidió que lo perdonara.

 

Contó que una tarde, en el domicilio en el que viven en esta localidad, tuvo diferencias con él, lo que provocó que la llevara al baño y ahí abusara de ella, siendo una niña. Pero antes, les exigió a sus otros hijos que subieran a sus cuartos porque necesitaba hablar con Ingrid.

Mientras me violaba, me decía que ya me traía ganas, y que la estábamos pasando bien rico, y lo que me hacía era algo normal de papá e hija; después de violarme, me amenazó con matar a mi mamá si decía algo, por eso decidí callarme…

Tras aprovecharse de su corta edad, el sujeto continuó con los abusos sexuales en contra de Ingrid. “Me obligaba subir a su cuarto para abusar de mí”, cuenta quien, pese a los abusos sufridos, no recibió el apoyo de su madre, quien también le dejó en claro que “sufría cosas peores”.

El control sobre ella era de día y de noche, tanto así que Felipe decidía desde su forma de vestir hasta el tiempo en que ella podía estar en su cuarto o el baño, además de que la tocaba de forma constante. Sin embargo, su progenitora seguía sin creerle y le insistía que le otorgara el perdón y que ella fuera feliz.

En una ocasión, hace un par de años, rememora Ingrid, su madre y su padrastro la llevaron con una ginecóloga, pero el primero en pasar a hablar con la especialista fue él. Tras un posible “acuerdo”, la experta descartó que Ingrid tuviera signos de haber tenido relaciones sexuales.

Hoy, de nueva cuenta, Ingrid se abrazó con sus familiares, con la esperanza de que su agresor sea aprehendido y pague por lo que le hizo. Mientras tanto, la sociedad pugna porque este caso no quede impune.