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Hanal Pixán: la tradición maya en Yucatán que trae a los muertos a casa

Los ritos funerarios de la antigua cultura maya tenían la idea de que convivían cotidianamente con sus muertos; no había días especiales dedicados a los difuntos como sucede ahora con el catolicismo

Escrito en ESTADOS el

Hace muchos años, en la antigua cultura maya, principalmente asentada en Yucatán, los pobladores sentían mucho pesar cuando sus familiares fallecían, por lo que dieron origen a la tradición del Hanal Pixan, que significa comida de ánimas.

Esta tradición consiste en que los parientes que fallecían eran enterrados en vasijas con algunas ofrendas junto a los cimientos de sus chozas, por lo que también formaban parte de la casa y de las cosas que pasaban a lo largo del día en el seno familiar.

Con la conquista, llegaron los cementerios, pero, aunque los muertos salieron de las casas, la creencia de que las ánimas conviven con los vivos, sigue arraigada.

El arqueólogo Eduardo Puga Salazar, quien participó en el conversatorio “Entierros y sepulturas en la Península de Yucatán”, en el Museo Regional Palacio Cantón del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), consideró que los ritos funerarios de la antigua cultura maya dejan claras evidencias que ese pueblo tenía la idea de que convivía cotidianamente con sus muertos, no había días especiales dedicados a los difuntos como sucede ahora con el catolicismo.

“Sus muertos estaban sepultados junto a ellos, en sus patios y a diario había una interacción entre vivos y muertos, y más que temor, le tenían un profundo respeto a sus muertos y la muerte, la veían como una transición entre un mundo y otro”, subrayó.

Pero con la conquista, llegaron los cementerios, y aunque los muertos salieron de las casas, la creencia de que las ánimas conviven con los vivos, sigue arraigada.

Esta comida se celebra del día 31 de octubre hasta el 2 de noviembre, y se cree que desde una semana antes, las ánimas, (las almas de los difuntos) llegan a convivir con sus parientes que están en el mundo de los vivos.

“Los mayas creían en el alma y en su trascendencia, pero para que el alma trascendiera había que bajar al inframundo través del Xibalbá, para luego transmutar y emerger hacia su propia versión de lo que sería el cielo”, precisó.

Eso ha hecho que a pesar de la invasión e influencia de otras culturas, ritos como el Hanal Pixán, permanezcan y se siga transmitiendo de generación en generación en la región. 

Esta tradición sigue arraigada en muchas comunidades de la zona maya de la Península a más de 500 años de la conquista española.

 

Con información de Notimex

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