PACHUCA.- Hidalgo se encuentra entre los seis estados del país con centros penitenciario con calificaciones reprobatorias debido a que las cárceles de Apan y Mixquiahuala, tienen sobrepoblación, falta de higiene en cocinas, comedores, así como actividades ilícitas que repercuten en la calidad de vida de las personas privadas de la libertad.
Así se desprende del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNDP) 2020, presentado este lunes por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
De acuerdo con los resultados, Hidalgo obtuvo 5.16 puntos; es decir, fue ubicada en el rango de 0 al 5.9 de calificaciones, junto con Sonora, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas y Nayarit; sin embargo, la máxima puntuación es 10, lo que significa que los centros de reclusión de estas seis entidades ni siquiera alcanzaron el puntaje mínimo de 6.0 establecido por la CNDH.
Para el diagnóstico, el organismo autónomo visitó 113 centros penitenciarios, de los cuales dos están en Hidalgo: Apan y Mixquiahuala.
Sin embargo, tras la visita de supervisión, encontró que dichos ceresos no garantizan la integridad de las personas privadas de la libertad, tampoco estancias dignas y no tienen condiciones de gobernabilidad.
APAN Y MIXQUIAHUALA
El Centro de Reinserción Social (Cereso) de Apan obtuvo una calificación de 5.20, entre las deficiencias, la CNDH halló que la capacidad de la penitenciaria es para 70 personas; sin embargo, hay 130 recluidos, lo que significa una sobrepoblación de 60 individuos.
En el Cereso de Mixquiahuala ocurrió una situación similar, pues el aforo es para 45 personas, aunque al momento de la supervisión había 104 reclusos; es decir 59 más de los que indica la capacidad del lugar.
En ambos centros de reclusión, la CNDH, estableció que había deficiencia en los servicios de salud, separación entre hombres y mujeres, así como hacinamiento y sobrepoblación, aspectos que no garantizan la integridad de las personas privadas de la libertad.
Tampoco hay instancias dignas en los dos Ceresos evaluados, ni higiene en celdas, cocina, comedores, talleres y áreas deportivas.
Respecto a las condiciones de gobernabilidad, la CNDH consideró que el personal de seguridad y custodia es insuficiente, aunque no precisó datos al respecto; de igual manera, señaló deficiencias en el procedimiento para la imposición de sanciones disciplinarias y en el caso específicamente de Apan, advirtió presencia de actividades ilícitas sin detallar de qué tipo.
Además, tanto en Apan como Mixquiahuala carecen de separación entre procesados y sentenciados, mientras que las actividades educativas, laborales y de capacitación son insuficientes, aun cuando lo anterior contribuye a la reinserción social de las personas privadas de la libertad, estableció el organismo autónomo de derechos humanos.
Respecto a los reclusos con necesidades específicas, la CNDH agregó que hay deficiencia en la atención a personas adultas mayores, con discapacidad, indígenas y para quienes viven con VIH O SIDA.
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A pesar de que reprobaron, el organismo nacional observó una apropiada atención en programas para la prevención y atención de incidentes violentos, así como prevención de violaciones a derechos humanos.
De acuerdo con la CNDH, dicho diagnóstico permite dar a conocer las condiciones actuales en las que se encuentran los centros penitenciarios del país, situación que, a su vez, “influye en el respeto, protección, garantía, o en su caso, en la vulneración de los derechos humanos de las personas privadas de la libertad”.
sjl