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“Ha sido el año más cansado de toda mi vida”; así llegó Alejandra al 10 de mayo

Desde que empezó la pandemia Alejandra ha tenido que sortear su empleo como diseñadora con las tareas en línea de sus dos hijos y el trabajo doméstico

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Un segundo 10 de mayo en confinamiento, Alejandra Guillermo, hace un año no sabía todo lo que iba a pasar como madre; desde lidiar con su propio contagio de covid-19 hasta lo agotador que ha sido mantener su trabajar desde casa y atender las clases en línea de sus dos hijos.

Ella tiene dos hijos: un niño y una niña. El menor de ellos apenas cumplió los cuatro años y la mayor tiene 12. En más de un año, las únicas salidas de la familia han sido al bosque en dos ocasiones y a hacer las compras de víveres.

Entre las 6 y 7 de la mañana prepara desayunos, alista a sus hijos para las clases virtuales, pone en las mesas de trabajo los materiales pedidos por el personal docente para las clases, al mismo tiempo, alista los ingredientes para la comida, responde las primeras llamadas del trabajo que realiza a distancia y, si es necesario, enciende el botón de la lavadora para la ropa que se quedó remojando desde una noche antes.

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No es ni el mediodía, y ya resolvió algunos pendientes del trabajo, prepara la comida, a veces atiende las dudas de los pequeños sobre las clases. Poco antes de las 3 de la tarde llega su esposo, él tiene un trabajo presencial, así que está media jornada en oficina y otra media jornada en casa.

Ambos toman fotos de las evidencias de las actividades académicas de sus hijos y comen todos juntos.

Ha sido el año más cansado de toda mi vida, ni los primeros meses en los que fui mamá hacía tanto al mismo tiempo, la tarde se me va en tareas, lavar los trastes, alistar lo de mañana. Tengo ojeras que jamás me habían salido y subo y bajo de peso todo el tiempo del estrés”.

Relató que ella se hace cargo del trabajo doméstico, el cuidado de sus hijos y de su trabajo como diseñadora y como asistente web de una página. Ya por la noche, los niños duermen, ahí en ese silencio entre las 10 de la noche y la una de la mañana, trabaja en las entregas para clientes.

Cómo ella muchas madres enfrentan una rutina similar, con pocas horas para dormir, para comer, para asearse; han sostenido a la familia durante el confinamiento.

Pese a los cuidados y al aislamiento, en enero ella y su esposo enfermaron del nuevo coronavirus, pero tuvieron un cuadro leve de síntomas. Alejandra perdió más de cinco kilos, se cae su cabello y subir a su tendedero le roba el aliento.

Ahora todo es más cansado, tengo mucha fatiga, fue una de las secuelas, pienso en que quiero dormir todo un día, pero es imposible. Luego de eso (su contagio de covid) tuve que lavar y desinfectar todo, hay días en lo que salir de la cama, es lo peor, me pesan las piernas, me duelen los brazos”.

La entrevistada explicó que, como ella, muchas de sus conocidas que son madres de familia se sienten rebasadas por la situación pandémica, ya que son las que han resentido todo el acomodo de las clases virtuales y los cuidados de la familia e incluso de familiares enfermos.

Como Alejandra, otras 18 mil 187 mujeres se han contagiado de covid-19 en Hidalgo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud Estatal al corte de este 20 de mayo.

Hace un año, la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que la carga de trabajo dentro del hogar iba a ser mayor para las mujeres que para los hombres, un año después los resultados son palpables.

La investigadora Norma Cruz, adjunta del área académica de la UNAM, explicó sobre el trabajo de las mujeres:

Hay más demanda en torno a la figura de la madre, cuesta mucho trabajo compaginar estos dos roles y aún más en pandemia (…) Su día podía transcurrir entre una junta, haciendo la comida, las actividades con los hijos y la jornada de trabajo se alargó a todo el día”.

Por ello, hizo un llamado a que la misma sociedad y los miembros del hogar reacomoden las labores y liberen las cargas de las mujeres, ya que han advertido consecuencias que podrían afectar a su salud emocional a corto y largo plazo además de hacer más grande la brecha de género entre hombres y mujeres.



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