PACHUCA.- Guillermo Nava Hernández interpretará, por tercera vez, a Jesucristo en el viacrucis del barrio Las Lajas, en Pachuca. Su pasión provino ya que año con año observaba a distintas personas pasar por el papel y la entrega que le ponían, por lo que, tras tener actuaciones secundarias, por fin llegó a la principal; sin embargo, esta será la última ocasión que dé su rostro a Cristo.
En entrevista para La Silla Rota Hidalgo, señaló que para la interpretación se necesitan cuerpo, emociones y presencia.
Así llegué a los 19 años con esa inquietud y ocurrió dos años seguidos de interpretación”; así cumplirá lo que también es una tradición.
Explicó que esos años son la promesa que se hace por tener el papel principal, aunque refirió que también implica el espacio y tiempo que se tenga, “porque creo que se vuelve eso, el recorrido es largo, es en un cerro y entonces se vuelve simbólico también”.
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DISCIPLINA DE INTERPRETACIÓN SE FUSIONÓ CON SU VIDA COTIDIANA
En cuanto a su preparación física, refirió que las actividades de las primeras os ocasiones que interpretó a Cristo se fusionaron con su vida diaria, como mantener una rutina y hacer ejercicio; aunque acotó que cuando se es más joven las cosas salen más rápido.
Lo importante es recorrer el camino con una cruz más liviana e ir subiendo el peso".
Para resistir los golpes que recibe y las caídas camino al cerro, dijo que también se debe preparar la mente. Recordó que una mujer es la encargada de interpretar el papel de adúltera y también es flagelada, aunque aseguró que el látigo que se utiliza es de un material que no lacera la piel.
MOMENTO SIMBÓLICO: ENTREGA DE ASISTENTES
Nava Hernández mencionó que la entrega de los los asistentes hacia la representación es el momento simbólico, lo que describió como "catártico e importante", como cuando encarcelan a Cristo y la gente lo visita y ora.
Te piden en primera persona y entonces se vuelve potente; es algo que te atraviesa, atraviesa tu preparación y nerviosismo, atraviesa tu religión misma”.
Durante la interpretación, agregó, entra en un "estado contemplativo... con el paso del tiempo se pierde el aquí y ahora, y parece que alguien te ayuda (a terminar el recorrido)".
“Algo, que me gusta llamarle voluntad, te sigue impulsando y pues al final la recompensa de los que miran y el llegar se vuelve simbólico y se vuelve una experiencia que no podría describirla con palabras”, asentó a este medio, en el marco de su preparación para cargar la cruz de madera.
Asimismo, añadió que parecía que la pandemia del coronavirus arrancaría lo que describió como un encuentro de feligreses, aunque acotó que hoy ya se permite de alguna manera reunirse para levantar una oración y un rezo. “Se vuelve potente simbólicamente y también a manera de liberación, de energía. Eso me llevó a los 19 años a entrar”.
Guillermo refirió que "el acercamiento con tu interior" es lo que permite encarar a Cristo en su piel: “Hablo desde la parte espiritual, de dialogar con algo más poderoso que uno y también con uno mismo”.
Finalizó pidiendo que se siga sembrando el espíritu para que la interpretación del viacrucis en Las Laja llegue "incluso a los 100 años de existencia, ¿por qué no?".
cem