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Fercho, el niño genio que vende dulces para alcanzar sus metas

Con 13 años y un historial impecable en la escuela, Fercho sueña con estudiar en el Instituto Politécnico Nacional

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– El rostro de Fercho se viralizó en las redes sociales en cuestión de minutos, bastó una fotografía junto a su canasta de dulces para que las personas se acercarán a este joven oriundo de Pachuca, Hidalgo que cursa la secundaria y trabaja junto a su madre para recaudar recursos y así concluir el nivel básico de estudios, entrar al Instituto Politécnico Nacional (IPN) y ejercer una ingeniería en finanzas.

Localizarlo en temporada de vacaciones es sencillo, se sienta a un costado del Palacio de Gobierno muy cerca de la explanada de Plaza Juárez, justo debajo del árbol más grande que le proporcione sombra durante su jornada laboral.

Permanece allí, donde la gente por su acelerado ritmo de vida camina, pasa y lo mira indiferente, algunos transitan de largo sin ni siquiera voltear a verlo, muchos otros lo observan de reojo con cierto “morbo”, pero no se acercan.

Pocas son las personas que lo conocen desde hace años, cuando desde la primaria vendía dulces por las mañanas y antes de entrar a la escuela en el turno vespertino, sabían que en ese conocido pasillo de la capital hidalguense encontrarían a Fercho junto a una silla azul que, por lo descarapelada, se tornó de color banco, pero que bien sirve de apoyo para colocar una caja de cartón y arriba una canasta forrada de cinta canela con unos cuantos cacahuates, gomas de sabor mora azul con anís  o galletas cubiertas con chocolate.

Arriba de la silla está la canasta repleta de caramelos y abajo, en el suelo: los libros, libretas, lapiceros, plumones y un libro de la escritora Elizabeth Kostova, justo a un lado de los sueños de un adolescente de 13 años que busca recaudar fondos para poder inscribirse al tercer año de secundaria.

Sentado junto a un perro callejero que ya es su compañía diaria, Fernando Emilio Islas Bautista, espera la venta del día y preguntas reiterativas que los clientes le hacen al reconocer su rostro de tez morena que combina con los marcados puntos rojos que se le hacen en las mejillas.

Al verlo, las personas ubican sus negras y abundantes cejas que opacan el escaso bigote que se asoma entre la comisura de su boca, saben que es el joven que hace días se viralizó en redes sociales por su inteligencia y calificaciones de excelencia que se reflejan en sus boletas escolares.

Sí, Fernando Islas es “el niño del Face”, el mismo que desde hace años, de lunes a viernes, se sienta a vender dulces para ayudar a su madre con los gastos escolares.  

LOS SUEÑOS DE FERCHO

Con sinceridad, Fercho dice que no conoce las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional ubicadas en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, ya que él vive en la localidad de La Camelia, a unos 20 minutos de la capital de Hidalgo.

Pero si de algo tiene la convicción es de entrar a estudiar en este campus para después ejercer ingeniería en finanzas, o en su caso, contaduría porque su especialidad son las matemáticas, tanto que ha figurado en al menos dos competencias estatales de este tipo.

El problema no son las ganas, lo que se dificulta a él y a su madre es el dinero, los ingresos que tienen que recaudar para comer, pagar servicios básicos y solventar los gastos escolares, especialmente desde que su padre murió de cáncer de próstata.

A mí me gustaría trabajar y tener dinero para hacer una línea de comercios o restaurantes, ya con eso apoyar a la gente de escasos recursos, darle las cosas a menor costo o regalárselas, me gustaría apoyar a los animales de la calle porque hay muchos perritos y se siente feo”, dijo Fercho.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la matrícula escolar por entidad federativa en el ciclo escolar 2017-2018 fue de 173 mil 590 alumnos de nivel secundaria en Hidalgo.

Mientras que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), en su publicación “Panorama Educativo de México”, señaló que la mayor deserción escolar se da en quinto de primaria, segundo de secundaria y primer nivel de educación media superior.

“HAY PEQUEÑAS COSAS QUE LO HACEN SER FELIZ A UNO”

A unos cinco metros de distancia la mamá de Fernando lo vigila, desde su puesto para bolear calzado entre cepillos y tintas, guarda celosamente los reconocimientos que le han sido otorgados a su hijo por su excelencia académica.

La preocupación de una madre soltera como la de Fernando, es recaudar dinero para evitar la deserción escolar de su hijo, para estar “en las buenas y en las malas”, para bolear zapatos desde las 7 de la mañana.

En mi trabajo a veces hay, a veces no hay, para mí punto de vista aquí todavía existe el machismo de decir: es una mujer y no se bolean (los zapatos) en mi puesto, a mí me gustaría encontrar otro trabajo mejor para asegurarle un futuro a mi hijo, me preocupa que siga estudiando la prepa”.

Sin embargo, la madre de Fernando lamentó que desde que su hijo se dio a conocer por las redes sociales todas las personas o trabajadores de dependencias gubernamentales los busquen, cuando desde hace tres años había solicitado el apoyo de las instituciones, aunque en ese momento nadie les hizo caso ni los volteó a ver, tiempo en que tocó puertas que le cerraron.

Una vez cuando mi hijo sacó puro 9 y 10 de calificación le pregunte: hijo, ¿qué es lo que deseas? (…) yo le decía al Fercho, hijo, te mereces eso y más. Llegando a los helados me dice: mamá ahora si quiero un helado de 25 pesos y se lo tuve que comprar porque hay una diferencia a los de 10 pesos. Hay pequeñas cosas que lo hacen ser feliz a uno”.

 

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