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Familias se refugian en carreteras, donde no los alcanza el agua

Familias de las rancherías de Acachapan y Colmena se encuentran refugiadas sobre una carretera, el único lugar elevado, el único que no está inundado

Escrito en ESTADOS el

VILLAHERMOSA-. A una semana de que sus viviendas están anegadas por el desbordamiento del río Grijalva, cientos de familias de las rancherías de Acachapan y Colmena se encuentran refugiadas sobre una carretera, el único lugar elevado, el único que no está inundado.

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En este lugar levantaron improvisadas viviendas, con plásticos o con lonas de desecho.

“Hicimos estos refugios porque nuestras casas se fueron hasta más de un metro de agua y a algunas les llegó hasta el techo y prácticamente, perdimos todo”, narra Jesús Villegas Mondragón, habitante del sector Esperanza, donde hay unas 40 familias refugiadas.

De acuerdo con un reportaje de Pie de Página, Acachapan y Colmena es una zona de cuatro rancherías que se encuentran asentadas a lo largo del cauce del Grijalva, a 18 kilómetros de la capital tabasqueña.

Fotos Cuartoscuro

Al igual que los ríos Pichucalco, Oxolotán, de la Sierra, Puxcatán y Tulijá, el Grijalva se desbordó desde hace una semana a consecuencia de las lluvias torrenciales.

En el momento álgido de la creciente, a la zona de Acachapan y Colmena, tercera sección, que consta de 1,300 habitantes, sólo se podía ingresar en lancha, en una travesía de 45 minutos, partiendo del poblado Buena Vista, que significaba una trayectoria de más de dos horas, desde Villahermosa.

Por ello, los lugareños privilegiaron no huir ni refugiarse en otra parte y continuar al lado de sus viviendas. Otras 150 personas se encuentran en albergues instalados en dos iglesias.

En las casuchas que están sobre el asfalto, los damnificados tienen los pocos muebles que lograron sacar de sus casas: cama, ropero, mesa y sillas. También cuentan con sus fogones para cocinar con leña.

“Aquí comemos de nuestras aves de traspatio, nuestras gallinitas, porque fue poco lo que pudimos rescatar”, expresa el señor Villegas.

Manuela Matías González dice que consiguió instalar un cableado de energía eléctrica y echar a andar una lavadora que le prestó su vecina y así, intentar continuar con su vida doméstica, aunque con dificultades, como convivir con un exceso de moscos por la abundante agua estancada.

Aquí no las pasamos entre mosquitos y para espantarlos tenemos que quemar cartón

Manuela cuenta que su esposo levantó su morada con estructura de bambú que recién cortó entre la vegetación cercana y unas láminas y lonas que consiguió prestadas, para techos y paredes.

LA ZOZOBRA DE MILES DE DEJAR SUS CASAS

Con algunas de sus pertenencias a cuestas, miles de familias de Chiapas y Tabasco han abandonado estos días sus viviendas tras las trágicas lluvias que han azotado la región, dejando fuertes inundaciones y ocasionando al menos 27 muertos.

El ciclón tropical Eta y el frente frío número 11 dejaron enormes cantidades de lluvia en días pasados en el sureste de México y en Centroamérica, obligando a muchos a huir de su hogar por seguridad.

En Chiapas, uno de los estados más pobres del país, son más de 6,876 familias damnificadas -y cerca de 10,000 afectadas- pertenecientes a 54 municipios de la región las que resultaron damnificadas, según cifras de Protección Civil de Chiapas.

A pesar de que la evaluación de daños concluyó, para los pueblos indígenas la tragedia no termina pues en diferentes regiones donde viven los grupos tzotzil y tzeltal se han presentado nuevos deslaves y deslizamientos de ladera.

MONTAÑA AMENAZANTE

Debido a ello, cientos de tzeltales están abandonando sus viviendas. Es el caso de la comunidad Matzam, perteneciente al municipio de Tenejapa de los Altos de Chiapas, donde más de 70 viviendas quedaron inhabitables por el deslizamiento de una parte de la montaña.

Juan Luna López, habitante de Matzam, explicó este miércoles a Efe que luego de las lluvias se escuchó un estruendo que provenía de la falda del cerro que flanquea el municipio, y conforme pasaron los días se comenzó a agrietar la tierra.

Se están hundiendo las casas. Estamos saliendo de la casa porque tenemos miedo de estar adentro. Se está quebrando, rajando. Voy a poner salvo a mi familia, me voy a buscar cobijo con un familiar. ¿Ha venido la autoridad? No ha llegado nadie, ni la ayuda

Desde hace 12 días, de acuerdo con lo dicho por los habitantes, las lluvias no cesaron. Fue hasta la mañana del pasado domingo cuando por la presencia de humedad se completó el desgajamiento de una parte de la montaña, pasando a destrozar las viviendas de madera y concreto, obligándolos a buscar refugio a kilómetros de su hogar.

Elías López Luna, habitante de Matzam, pidió auxilio a las autoridades federales porque, según dijo, ningún funcionario estatal los ha apoyado.

El llamado que quisiera hacer a las autoridades es que volteen a ver esta zona donde más de 70 familias se vieron afectadas

La preocupación es latente, afirmó Elías, pues los ruidos y la desmembración del cerro ha puesto en alerta al pueblo entero.

"Desde el sábado ya ninguna persona durmió por temor. Por desconocimiento, muchos piensan que es un volcán y hasta hora se sigue pensando porque no hay una información real o verídica de los que estudian estos fenómenos", subrayó.

BUSCAR REFUGIO

Han pasado seis días de los primeros siniestros, las familias integradas por ocho personas se organizan para sacar sus pertenencias. Por la carretera de terracería se observa a mujeres y niños salir de sus casas con sus pertenencias en hombros para buscar un refugio.

Una imagen que refleja los daños que han ocasionado estas inundaciones en la región.

Llueve sobre mojado, y el suelo se hunde poco a poco. En este pueblo se prevé evacuar a otras 30 familias de sus viviendas, y estas claman por ayuda del Gobierno mexicano.

Según cifras de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) del pasado lunes, las fuertes lluvias han dejado a 184,191 personas afectadas en los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz.

En total, han fallecido cinco personas en Tabasco y 22 en Chiapas. Si bien según datos de Protección Civil de Chiapas, el número de decesos se ajustó a 21.