Después de una supuesta caída, su hijo llevó a “Gregorio” -de 85 años de edad- a un asilo en Ciudad Juárez, Chihuahua. “El necesitaba estar en un hospital, no aquí con nosotros”, explicó una enfermera que revisó al adulto mayor.
Norma Villa Diera, enfermera geriátrica y encargada del Asilo de Ancianos Desamparados narró para el diario La Verdad Juárez que el hijo de la persona lo dejó con la indicación de que no fuera movido bruscamente debido a la herida, además de que no podía mantenerse en pie.
“Necesitaba una revisión médica, alguien que le sacara placas para saber qué le ocurría”, detalló Villa.
Luego de reportar a las autoridades sobre la condición del adulto mayor, la enfermera se comunicó con su familiar para informarle sobre la condición de su papá. El hombre dijo que regresaría por Gregorio para llevarlo a un hospital, pero murió antes de eso.
“Traía sus uñas larguísimas, sus pies sucios, parecía que ni siquiera lo bañaban, su piel deshidratada, pegada a su cuerpo, temperatura en 38, y tenía un hematoma en la cabeza”, describió la enfermera.
Cifras de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF Estatal de Chihuahua, que también se encarga de la recepción de denuncias de violencia en contra de adultos mayores, indica que durante el año 2020 el número de denuncias por maltrato a personas de este sector etario en el estado creció en un 35%.
Especialistas atribuyen dicha situación a la convivencia atípica dentro de los hogares durante la pandemia por covid-19, que propició que las personas tuvieran que pasar un tiempo mayor al acostumbrado conviviendo con sus familiares.
Expertos del Centro de Investigaciones y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que el 16 por ciento de los adultos mayores de la república mexicana sufre abandono y maltrato.
En días pasados, La Silla Rota Veracruz relató la historia de Cristóbal Soto Borboa y José Luis Dolores, quienes fueron abandonados por sus familias y ahora viven en el Asilo Congra, en el puerto de aquel estado.
El equipaje apenas pesaba, pero iba cargado con la historia de un hombre de cabellos blancos y voz senil al que la vejez terminó de venírsele encima a sus más de 70 años. A Cristóbal ni siquiera le pesaba el rencor.
"Ya no quiero estar aquí, quiero irme a mi casa" ... A José Luis se le nota el sufrimiento en la mirada. Se siente solo. Por momentos se sabe abandonado y, de repente, sabe que no puede estar en un mejor lugar.
(djh)