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“El hospital se ve diferente cuando pasas de camillero a paciente”

Enrique contrajo el covid-19 al atender pacientes covid-19, recibió atención en el mismo hospital en el que trabaja

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Enrique Bautista pasó de ser camillero de primera línea de atención de la pandemia a paciente en el hospital número 1 de Pachuca, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tras contagiarse de covid-19.

Supone que un descuido, como haberse tocado la cara cuando se quitaba el equipo de protección personal (EPP) pudo ser la causa de su contagio.

A sus 35 años nunca antes había estado internado en un hospital por problemas de salud, pero la nueva enfermedad ha demostrado que cualquiera puede presentar complicaciones.

Fue un golpe duro porque nunca había estado en un hospital más que trabajando, pero como paciente no lo había estado. Era la primera vez que me canalizaban, que yo estaba acostado en una cama de un hospital”.


DE TRANQUILIZAR A PACIENTES A SER ATENDIDO POR SUS COMPAÑEROS

Como trabajador de salud de la primera línea de atención de la pandemia, Enrique hace lo posible por platicar con los pacientes contagiados del nuevo coronavirus, pues dice que se da cuenta que les ayuda a tranquilizarse un poco.

Cuando iba con los pacientes les decía que le echaran ganas, trataba de hablar con las personas porque es una enfermedad nueva. Entonces, veías a los pacientes a la cara y era evidente que tenían miedo, miedo de no regresar, por muchas noticias que hay, que despedían a su familiar y que sabían que tal vez no lo volverían a ver”.

Pero al estar del otro lado de la camilla: acostado, canalizado y con una mascarilla de oxígeno para respirar, comprendió el miedo que experimentan las personas internadas.

Hasta el hospital se ve diferente”, asegura Enrique.

Pero nunca estuvo solo. Sus compañeros le brindaron cuidados para no permitir que la muerte se los arrebatara como ya había pasado con otros trabajadores que se contagiaron y fallecieron en el hospital.

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En lo que va de pandemia en la entidad han muerto al menos 39 trabajadores de salud por covid-19. El 5 de enero, Alejandro Efraín Benítez Herrera, titular de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), dio a conocer que hasta ese día se habían registrado 35 defunciones y sumaban mil 35 contagios. Asimismo, once días después fallecieron otros cuatro trabajadores del sector salud: tres del IMSS y uno del ISSSTE.

EL MIEDO DE DEJAR DE RESPIRAR LE ARREBATABA EL SUEÑO

La madrugada del 31 de mayo de 2020 Enrique comenzó a tener síntomas. Su temperatura corporal alcanzó 40 grados centígrados. Rodaba por su cama sin poder dormir y despertó empapado. En la mañana fue trasladado al hospital donde trabaja, lo examinaron y le dieron tratamiento médico, junto con la incapacidad por ser un caso sospechoso de coronavirus.


Una semana después y ya con los resultados de la prueba que confirmaba su contagio, su oxigenación comenzó a disminuir y requirió de hospitalización.

El lunes, Enrique sentía que por dentro su cuerpo ardía, una sensación que nunca antes había experimentado. Para el martes, ya había desaparecido ese malestar, pero continuaba la inflamación en sus pulmones que le complicaba la respiración. Poco a poco se fue recuperando y el 19 de junio fue dado de alta.

Un mes antes de su contagio, recuerda que platicó con un paciente, se despidió porque ya había terminado su turno y cuando Enrique se estaba cambiando para salir del hospital la persona falleció.

Se me quedó muy grabado eso. Puedes estar hablando normal, de un momento a otro te sientes muy mal y hasta ahí llegó tu vida”.

Los primeros días de su hospitalización no podía dormir en las noches porque le daba miedo dejara de respirar o ahogarse, solo podía hacerlo en las mañanas cuando había más movimiento y se sentía más tranquilo o cuando el cansancio le ganaba. 

También recuerda que durante el tiempo que estuvo internado se preocupaba cuando sus compañeros le quitaban un colchón a una camilla, pues eso significaba que había fallecido un paciente.

“Sí me pegaba porque pensé que quizá en una de esas iba a ser yo”, indicó mientras se acomoda la camisa y el pantalón con frecuencia, pues recordar estos momentos aún lo ponen nervioso.

REGRESÓ A TRABAJAR Y A LOS 3 DÍAS TUVO UNA RECAÍDA

El 1 de julio del año pasado Enrique regresó a trabajar, se sentía feliz de haber librado la covid y ser un sobreviviente de esta enfermedad. Pero solo habían pasado tres días y tuvo una recaída. Cuando se estaba cambiando sintió un malestar en el pecho, se sofocó y fue a ver un médico del hospital.

El compañero que lo revisó le pidió que fuera a recoger los resultados de su última prueba (un requisito para regresar a laborar después de haberse contagiado) y de nuevo había salido positivo. Le dijo que era algo normal, le recetó medicamento y de nuevo lo mandó a su casa para aislarse dos semanas más.

Me sentí muy mal, todo el día estaba en la cama y no podría tener contacto con mi familia. Mi mamá me acercaba la comida, pero no podía abrazarlos, besarlos, no poder ver una película juntos, el no poder bajar al comedor y comer con todos, era algo que ya me pegaba mucho”.

Por otra parte, también sentía coraje y enojo, pues considera que uno de los motivos por los cuales la pandemia no sede es porque hay gente que, aunque puede y tiene las posibilidades, no acata las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2.

A finales de julio regresó al hospital. Esta vez con una mejor condición física y feliz de poder seguir trabajando, aunque con un poco de miedo a volver a contagiarse o recaer.

Cuando Enrique se infectó del virus SARS-CoV-2 y estuvo hospitalizado, Hidalgo atravesaba apenas por su primer repunte de contagios acelerado. Sin embargo, ahora se registra el tercer pico y el más fuerte de la pandemia, en cuanto a casos positivos y defunciones.

En la entidad ya fueron rebasados los 30 mil casos acumulados y van más de 4 mil personas muertas por esta enfermedad. Asimismo, la ocupación hospitalaria es mayor al 80 por ciento, de acuerdo con datos de las autoridades de salud.

De seguir así, podríamos llegar al caso de no poder atender a más pacientes, donde ya no haya cupo y poner anuncios que ya no hay camas ni manera de atenderlos. Creo que es una posibilidad cercana”.


sjl