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El dilema de la inundación: es Tula o el Valle de México; ¿hay solución?

Dean Chahim, ingeniero civil y doctor en antropología señala que la inundación en Tula no fue natural, pudo evitarse y fue decisión política

Escrito en HIDALGO el

TULA DE ALLENDE.-  Han pasado 15 días tras la inundación en Tula el pasado 6 de septiembre y mucho se ha dicho en torneo a ello. Si fue por causas naturales, un hecho aislado, si pudo o no evitarse.

Lo cierto es que mucho tienen que ver las aguas negras y pluviales provenientes del Valle de México que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Sistema de Aguas de Ciudad de México (Sacmex) mandan al Valle de Mezquital.

Dean Chahim, un ingeniero civil y doctor en antropología realizó una investigación posdoctoral en la Universidad de Princeton sobre la problemática del drenaje en el Valle de México y mediante una publicación en The Washington Post, compartió los resultados y lo que hay detrás de la inundación en Tula.

“No fue un fenómeno natural, como señalan las autoridades, ni un hecho aislado: fue un efecto predecible derivado de un manejo político del drenaje en el Valle de México”, señala y hace énfasis que es en esta región donde se ubica la  Ciudad de México y su zona conurbada; por lo tanto se han privilegiado, “mientras se han sacrificado las zonas periféricas y marginadas”.

¿QUÉ OCASIONO EL DESBORDE DEL RÍO TULA?

Lo que ocasionó que el río se desbordara fue el torrente adicional, de al menos 220 metros cúbicos, de aguas negras y pluviales provenientes del Valle de México que la Conagua y el Sacmex, mandaron al Valle de Mezquital”, confirma Dean en su investigación.

Y no solo por el desfogue combinado de la presa Danxhó (50 metros cúbicos por segundo) y la presa Requena (120 metros cúbicos), ya que el río Tula tiene capacidad de hasta 250 metros cúbicos por segundo.

Señala que originalmente el Valle del Mezquital y el Valle de México eran cuencas separadas, pero actualmente forman parte de un mismo sistema hidráulico, interconectado artificialmente por cinco conductos entre ellos: el Túnel Emisor Central y el Túnel Emisor Oriente (TEO).

ASÍ PUDO EVITARSE LA INUNDACIÓN EN TULA

Las aguas negras y pluviales se juntan en una serie de colectores a lo largo de la zona metropolitana. Estos colectores son evacuados por gravedad mediante los túneles del Sistema del Drenaje Profundo o por bombeo a los cauces como el Gran Canal”.

Sacmex y Conagua controlan este flujo y pueden cerrar las compuestas o dejar de bombear para impedir que los colectores se vacíen hacia el Valle del Mezquital, refiere.

Por lo tanto, Dean afirma que la inundación de Tula pudo evitarse al “cerrar la mayoría de las compuertas del Drenaje Profundo y dejar de bombear a los cauces superficiales hasta que bajaran los niveles en el Río Tula. Esto hubiera reducido el flujo en el río casi a la mitad, impidiendo su desbordamiento”.

¿TULA O EL VALLE DE MEZQUITAL? EL DILEMA

Con el cierre de compuertas, el Valle de México se hubiera inundado en sus propias aguas negras y pluviales, señala.

Durante su investigación doctoral entre 2017 y 2019, Dean comenta, observó en el puesto de mando de Sacmex cómo los ingenieros enfrentaban el dilema de decidir qué zonas inundar.

Pude constatar un patrón discriminatorio, en las que las compuertas se cierran primero en las zonas de alta marginación como Iztapalapa, Ecatepec y Ciudad Nezahualcóyotl, dejando que se inunden para proteger a la zona centro de la capital del país”. Lo que pasó con Tula.

En un contexto político, los ingenieros se veían “obligados” a velar por las zonas de industrias más que por las marginadas, aquellas que pagan las consecuencias y dejan inundar.

En esta idea, el investigador reafirma lo antes mencionado con el hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió hace meses que tomaron la decisión de inundar una zona en la que habitan personas pobres e indígenas en el estado de Tabasco para proteger el centro de Villahermosa, la capital.

LA SOLUCIÓN AL PROBLEMA

La forma de evitar estas inundaciones no es, como afirma Conagua, ampliar el cauce del Río Tula por medio de la tala de miles de árboles en una zona altamente contaminada”, dice.

La solución reitera, es ampliar la retención de agua en el Valle de México. “Para ello, es imprescindible que de inmediato se restaure y aumente la capacidad de los vasos reguladores, azolvados e invadidos por obras como las del Tren Interurbano”.

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Aunado a ello, es necesario disminuir el crecimiento de la metrópoli, para poder conservar las áreas verdes, que disminuyen la velocidad de los escurrimientos.

No debemos aceptar que las únicas dos opciones son inundar el Valle de Mezquital o inundar el Valle de México”.

Retener más agua en el segundo disminuiría las inundaciones tanto en Tula como en Ecatepec. También haría posible, por fin, el saneamiento y el mejor aprovechamiento de las aguas que comparten estos valles interconectados”, finaliza.

(Fotos: Redes Sociales)

 

(Aquí el artículo completo publicado en The Washington Post)

jgp