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“Coches incendiados y balaceras en Tula nos robaron nuestra tranquilidad”

Tras el incendio de autos cerca del Cereso y balaceras registradas la madrugada de este miércoles en Tula, los pobladores se resguardaron en sus casas

Escrito en HIDALGO el

TULA DE ALLENDE. – Las balaceras de la madrugada de este miércoles en el municipio de Tula despertaron a Gloria, a sus hijos, nueras y nietos, todos se reguardaron y encerraron con llave en una vivienda de la colonia La Trampa a esperar que el fuego cesara y cuando amaneció, la familia decidió quedarse en su casa por miedo a nuevas detonaciones, nadie salió a trabajar, a la escuela ni a comprar el mandado para la comida.

Se escuchó muy feo, estamos con miedo, con temor porque ya no estamos seguros. Los años que llevaba aquí nunca oí algo como lo de anoche”, mencionó Gloria de 55 años de edad.

Gloria y su familia habitan en la colonia La Trampa, sobre la carretera que conduce a Xochitlán de las Flores, a un kilómetro del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tula, donde un grupo armado irrumpió para liberar a José Artemio Maldonado Mejía, alias “El Michoacano”.

Tras las explosiones de los autos, causadas por el mismo fuego, y balaceras registradas la madrugada de este miércoles en la región, los pobladores como Gloria, que habitan cerca del Cereso, se resguardaron en sus viviendas por temor, algunos no salieron a trabajar y las clases escolares se suspendieron.

Mientras que las corridas del transporte público disminuyeron en las colonias como Crestón, La Trampa y Malinche ante la poca afluencia de los habitantes que salieron de sus casas, las combis con rutas cercanas al Cereso trasladaban a no más de tres pasajeros y los conductores optaron por tomar fotografías a los usuarios del transporte, situación que antes no era común.

EL MIEDO DE DORMIR

Gloria tiene 55 años, es oriunda de la llamada ciudad tolteca y apenas hace 30 años llegó a vivir a La Trampa, cerca del Cereso.

Hasta las detonaciones que se registraron la madrugada del 1 de diciembre, no recuerda balaceras o explosiones de coches en la zona donde habita, tampoco ruidos tan fuertes que la hicieran despertar para intentar resguardarse y ponerse a salvo.

Fue la primera vez que escuché una balacera y que miedo nos dio, se escuchaba cerquita. Los años que llevaba aquí nunca oí algo como de lo anoche. Nosotros tenemos temor. La verdad tenemos miedo que llegue la noche, con la balacera de anoche nos robaron nuestra tranquilidad”.

Después de que Gloria escuchó las balas cerca de su casa por más de media hora, considera que a partir de esta noche conciliar el sueño, será complicado.

“Nunca habíamos escuchado hasta el día de hoy, yo he vivido muchos años aquí y era una paz, una tranquilidad, aquí nunca se escuchaba nada y ahora es un peligro, porque con esto que pasó, vive uno con temor, ya no puede uno salir, estar tranquilo como cualquier gente”.

La casa de Gloria está al ras de la vialidad que da acceso y salida a la comunidad de Xochitlán, colinda al norte con la carretera Tula-Chimimaloya y las vías del tren, en el lugar no hay comercios o tienditas de abarrotes, solo unas 12 viviendas más y la edificación de un motel.

El lugar está rodeado de maleza y cerros, en la parte alta del municipio y a unos 20 minutos del centro de la ciudad, del lado contrario al desbordamiento del río Tula.

Los vecinos narraron que no estaban acostumbrados a cerrar con llave las casas porque todos se conocen y tienen confianza unos con otros, pero tras los hechos, la mayoría decidió atrancar sus puertas y ventanas.

Nos dio miedo que fuera a entrar alguien. Dijimos no hay que salir y hay que cerrar bien las puertas, asegurarnos porque teníamos que alguien entrara o se refugiara en las casas”.

Algunas personas como el hijo de Gloria, decidieron no ir a trabajar. El hombre labora en el Refinería Tula y para lograr llegar a las 7:00 de la mañana a su empleo, debe salir a las 5:40 de la mañana para tomar el transporte público, pero la balacera recién había terminado cuando debía que dirigirse al trabajo. “Mejor no fui, le hablé a mi jefe inmediato, le dije lo que ocurrió y me dijo que no me presentara”.

A unos metros de la vivienda de la familia de Gloria y las 11 casas restantes de la zona, dejaron abandonados dos vehículos: una camioneta Jeep Grand Cherokee color negra y un camión con cabina blanca que fue modificado con una placa de metal en la parte frontal.

IRAIS NO LLEVARÁ A SUS HIJOS A LA ESCUELA  

Hace 10 años Irais llegó a Tula proveniente de San Luis Potosí, su casa también se localiza en la carretera que conduce a Xochitlán. Al igual que sus vecinos, escuchó la balacera que dijo, duró más de 30 minutos, aunque al principio creyó que eran juegos pirotécnicos de una feria que está cercana a la zona.

 “Yo no sabía que eran balazos, yo me imaginé que estaban echando cohetes de la fiesta, de la feria, pero los perros empezaron a ladrar feo. Yo prendí el foco del patio, pero no salí, no me asomé, pero se escuchaba muy fuerte”.

Al igual que Gloria, Irais indicó que tiene temor, principalmente por sus hijos, todos en edad escolar y aunque reconoció que en el contexto de la pandemia y el retraso de clases presenciales es importante acudir a la escuela, indicó que al menos esta semana ninguno de sus hijos irá ante el miedo de enfrentamientos armados.

En la escuela dicen que ya mañana, pero yo no, necesito ver primero de que se trata esto, porque esto apenas empezó en la madrugada y solo Dios sabe si va a seguir".

El Michoacano, también conocido como “El Rabias” o “El R”, fue detenido el pasado 26 de noviembre acusado de privación ilegal de la libertad y homicidio, logró salir de la cárcel junto con ocho de sus cómplices, los videos de vigilancia de una caseta de cobro, exhiben el momento de cuando a bordo de una camioneta abandona Hidalgo, mientras que los pobladores de la región tienen miedo de nuevas detonaciones.


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