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Chiapas, devorada por la sequía y la deforestación

Un reporte de la Conagua revela que el año pasado 74 municipios de la entidad estuvieron en condiciones anormalmente secos

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- De acuerdo con Protección Civil, en los últimos días se han resentido temperaturas de altas, muy altas hasta extremas en gran parte del estado, sobre todo en las regiones Frailesca, Istmo-Costa, Soconusco y Valles-Zoque, lo que sin duda comienza a generar estragos en la mayoría de los ríos, incluso de los más importantes como el Suchiate o el Coatán, cuyos cauces han bajado de forma preocupante.

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Pero la inercia del estiaje se resiente desde hace casi una década, y prueba de ello es lo que ocurrió el año pasado: al menos 17 municipios, de los 125 con los que cuenta Chiapas, padecieron de sequía, con base en la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn).

Según la titular de la dependencia, María del Rosario Bonifaz, esto se debe a que cada año la geografía chiapaneca presenta una pérdida de alrededor de 65 mil hectáreas forestales, ya sea por actividades agrícolas o de ganadería (76 por ciento), en donde por supuesto está inmersa la tala inmoderada.

Aunque las cifras al parecer fueron más elevadas, pues en un reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el año pasado 74 municipios de la entidad estuvieron en condiciones anormalmente secos, 32 con sequía moderada y tres con sequía severa; todos éstos distribuidos en las regiones Selva, Norte, Sierra, Costa, Soconusco, Metropolitana, Mezcalapa, De Los Bosques, De los Llanos y Tulijá.

PREOCUPANTE PÉRDIDA DE BOSQUES

Desde hace al menos cuatro décadas, se advierte, prácticamente ha desaparecido el 55% de los bosques en el estado, de ahí las repercusiones en la seca de los diferentes cuerpos de agua.

Por su parte, la Asociación Civil “Cántaro Azul” asevera que la problemática de sequía es más alarmante: cerca del 23% de la población en Chiapas aún no cuenta con el suministro de agua potable, lo que hace más complicada esta época.

Además, se estima que en poco más del 50% de las comunidades rurales donde existe infraestructura hidráulica, o la cantidad que les llega no les abastece o definitivamente es nula.

Hace unas semanas, circuló en medios nacionales la imagen del río Suchiate, en el municipio del mismo nombre, casi sin agua, seco; sin embargo, este hecho no es nuevo.

Con base en el Centro de Investigaciones con Visión para Mesoamérica (CIM), de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Tapachula, ubicada en la región socioeconómica del Soconusco, presenta una alta probabilidad de ocurrencia de sequía con pronóstico de hasta 15% menos de lluvias entre los años 2015 y 2039, y con veda de aprovechamiento de aguas superficiales.

Uno de sus principales afluentes, el Coatán, es el termómetro perfecto para medir los estragos de los efectos de la sequía: su caudal ha disminuido abruptamente en los últimos años.

PERIODOS DE LLUVIA CORTOS Y SEQUÍAS LARGAS

En entrevista, Vicente Castro Castro, académico e investigador del CIM, asegura que las precipitaciones no alcanzan a recargar todos los mantos freáticos y eso repercute en los ríos, “Chiapas es altamente vulnerable al cambio climático, y eso es preocupante, porque ya se viven los cambios en los patrones hídricos”.

En sí, dice, habrá periodos de lluvias más cortos, pero con una mayor intensidad de carga de agua, lo que provocará desastres, mientras que los lapsos de sequía serán más largos e intensos.

Lo que se vive en la actualidad, apunta, es porque ha habido en la entidad un desarrollo desordenado, un agresivo cambio climático y, sin duda, la poca o mínima acción de las autoridades encargadas de los aspectos ambientales y de recursos naturales para manejar el tema.

En realidad, se observa una apatía, omisión y desdén por parte del gobierno del estado, “porque se hace a un lado, aunque diga que hace muchas acciones”, y las repercusiones se viven en los municipios, con problemas de abastecimiento de agua, puntualiza.

Alerta que en la Costa chiapaneca hay ríos y arroyos donde el agua apenas corre, “como pequeñas venitas”, y no está lejano el que esos afluentes, más en temporada de estiaje, se sequen por completo.

Ejemplifica el caso del río Coatán, cuyo nivel de agua ha mermado de forma preocupante, “ya lo hemos advertido, se avecina una crisis del agua, porque en la zona del Soconusco, 12 de sus 17 municipios son altamente vulnerables al cambio climático, y Tapachula es uno de ellos”.

Ese afluente, dice, es el que abastece de más agua a la ciudad fronteriza, a través de una planta potabilizadora, “pero, por desgracia, la tendencia es a bajar, porque el manto freático es sobreexplotado y hay otros factores que lo han afectado”.

REPERCUSIONES EN LA POBLACIÓN

Nataniel Hernández, director del Centro de Derechos humanos “Digna Ochoa”, con sede en el municipio costero de Tonalá, aclara que el abastecimiento de agua es un tema pendiente con el gobierno municipal, debido a que no se garantiza el servicio al 100% a la población, y más aún en este mes y abril, cuando la mayoría de las colonias comienza a padecer de escasez.

Lo más triste, advierte, es que no solo se disminuye el agua de las tuberías, sino que muchos pozos artesanales o profundos también se secan. “Sin duda, este problema es cada vez es más crítico, más intenso, porque la población es mayor, el consumo de agua de igual manera”, apunta.

No obstante, los ríos más grandes de esta demarcación como el Zanatenco y el Tiltepec resultan insuficientes para abastecer a todas las familias, y de igual forma su cauce disminuye de forma crítica.

Entre otras cuestiones, lamenta que la actual administración le ha quedado a deber a sus gobernados, pues se invirtió en un proyecto que, según el Ayuntamiento encabezado por el alcalde Manuel Narcía Coutiño, dotaría a las familias del líquido, pero se estancó.