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Ana fue asesinada a golpes en Veracruz tras reconciliación con su pareja

Jaime “N”, bolero de Coatepec, fue detenido este fin de semana, acusado del feminicidio de Ana Castro, quien fue su pareja

Escrito en VERACRUZ el

XALAPA, VER.- Tal vez fue por el aguacero que nadie escuchó el feminicidio de Ana Castro Domínguez en el pequeño cuarto que rentaba por temporadas ubicado en el número 35 de la calle Ignacio Manuel Altamirano, en el barrio de San Miguel de Coatepec.

Las lluvias fueron torrenciales la semana de su homicidio, crimen que se habría perpetrado entre el 24 y el 25 de septiembre de 2020. Jaime, su pareja, apenas y tenía unos días viviendo con ella y desde entonces se ausentó de la zona.

No fue la primera vez que buscaron estar juntos. En otra ocasión Jaime vivió con Ana, pero las cosas no resultaron. Días antes de su crimen, la víctima confesó a vecinos que había sido amenazada por él.

Ana vivía sola desde la muerte de su madre y de su esposo Julio. Aunque tenía dos hijos, ambos mayores de edad, estaba distanciada de ellos e incluso pensó que se quedaría sola, hasta “alcanzar” a su pareja en el más allá, según comentó a sus conocidos y publicó ella misma en sus redes sociales.

En los meses previos a su muerte tuvo algunas parejas hasta que conoció a Jaime, alias “El quemado”, un hombre de 30 años, menor que ella, quien se dedicaba a bolear zapatos en las calles del pueblo mágico.

Estando juntos Ana y Jaime en varias ocasiones se pelearon y fue necesaria la intervención de los vecinos para tranquilizar la situación. Las disputas vecinales son constantes en dicho barrio, según comentan algunos conocidos de Ana, quienes la describen como una mujer fuerte de carácter. 

Entre quienes la conocieron no hay certeza de cuándo pudo haber ocurrido el feminicidio, pues sostienen que no escucharon nada posiblemente a causa de las lluvias. Fue el olor el que alertó a los residentes, quienes tuvieron que abrir las puertas de su cuarto, dando con el cadáver de Ana.

Se reportó que el cuerpo estaba sobre un colchón en el piso y envuelto en una cobija. Presentaba golpes y marcas en el cuello. El crimen fue uno de los 4 feminicidios registrados oficialmente en Coatepec durante 2020, aunque prácticamente pasó inadvertido para activistas, feministas y para los medios informativos.

Fue hasta el sábado 11 de septiembre que se confirmó la detención de Jaime “N” como el presunto responsable de los hechos. Él se encontraba en la avenida Ávila Camacho cuando fue aprehendido por la policía ministerial de Coatepec y efectivos municipales de Xalapa.

Posteriormente “El quemado” fue trasladado a los juzgados de Coatepec e imputado por el delito de feminicidio. Una juez de control fijó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa por dos años hasta que el juicio en su contra concluya. 

PUEBLO VIOLENTO 

De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano, durante 2020 el municipio de Coatepec registró repuntes considerables en diversos delitos, incluyendo los homicidios dolosos, los secuestros, las extorsiones y los feminicidios.

Los homicidios comenzaron a repuntar desde 2017, promediando 16 crímenes en ese año, al igual que en 2018. Para 2019 se promediaron 23 y para 2020 fueron un total de 30 asesinatos.

El feminicidio también mantiene una tendencia al alza, pues en 2017 no hubo casos; en 2018 se registró uno; en 2019 fueron 3 casos y en 2020 se abrieron 4 carpetas de investigación. 

Delitos como el secuestro también repuntaron, con 3 casos reportados en 2016, así como en 2017; 4 casos de secuestro en 2018 y 5 casos en 2019. Sin embargo, durante 2020 sólo se abrieron 2 carpetas de investigación por ese delito.

Respecto a las extorsiones los números fluctúan. En 2017 se abrieron 17 carpetas de investigación; en 2018 fueron 10; en 2017 fueron 27 y en 2020 fueron un total de 12, de acuerdo con el registro.

El narcomenudeo es otro delito que registró un repunte y a la fecha mantiene una tendencia a la baja. En 2018 se abrieron 8 carpetas de investigación por este delito; en 2019 fueron 37 y en 2020 fueron 25.

Debido a esta situación, la mujer se había distanciado de sus conocidos e incluso de sus familiares, teniendo distintas disputas con los lugareños. Ana se ausentaba por semanas de su casa y de repente volvía.

La víctima tenía un perro que adoraba y en las últimas semanas se había establecido de nuevo en su cuarto de alquiler, intentando vivir con Jaime. Sin embargo, fue cuando apareció muerta. 

“Desde entonces no volvimos a saber de él. Tampoco era una persona conocida por nosotros, sólo los vimos unas veces antes de la muerte de la señora”, comentó una vecina del lugar, quien pidió la reserva de su nombre.



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