Daniel, el hombre acusado de arrojar por una ventana y asesinar a una bebé de 17 meses, declaró en su juicio que lo hizo porque "su misión era acabar con la semilla del mal".
La madrugada del 25 de enero de 2016, Gabriela, que tenía entonces 18 años, aceptó la invitación de asistir a la casa de la ciudad española Vitoria del profesor de música que entonces tenía 30 años, al que había conocido un mes atrás de un mes a través de una red de contactos.
La joven llegó junto con Alicia, su bebé de 17 meses.
Dos años después, Daniel cuenta que cometió el crimen momentos después de que percibiera muchas señales de que el fin del mundo se acercaba y por esto él estaba "nervioso y enajenado".
También aseguró que él era un "trabajador de luz", y que en ocasiones se ha llegado a sentir como "Jesucristo", por lo que debía proteger a la humanidad frente a la oscuridad.
Al ver a la bebé, agregó, vio "odio, maldad y rabia" en sus ojos y tenía que "acabar con la semilla del mal".
Era mi misión, tenía que hacerlo. Yo era el ángel blanco; ella, el oscuro", dijo Daniel durante el juicio.
Lo anterior lo dijo en referencia a una "batalla bíblica" de "San Daniel, el ángel caído, contra San Gabriel".
Este hombre podría enfrentar entre 25 y 35 años en la cárcel antes de que se le otorgue una pena, pues la fiscalía española y las acusaciones particulares y populares así lo pidieron.
Al mismo tiempo, la defensa alega que éste sujeto padece de una grave esquizofrenia paranoide no diagnosticada, y pide que se le aplique una examinación.
El abogado de la Asociación Clara Campoamor declaró que dicha enajenación es un "mero acto de teatro" que tiene el objetivo de reducir la pena.
Para poder dilucidar si el hombre actuó por lo anterior o si de verdad se trató de un brote psicótico, el juicio se prolongó por casi cuatro horas. Daniel fue cuestionado sobre la realidad que llegó a percibir.
El victimario argumentó que está tomando medicamentos para "filtrar las visiones y las voces" que dice haber escuchado en distintos episodios de su vida. No obstante, asegura que debe seguir con sus misiones.
Daniel enfrenta también una petición de más de nueve años de prisión por intentar asesinar a Gabriela, la madre de la bebé. Él argumentó que no recuerda haberle enterrado un cristal, mucho menos haberle dicho que la tiraría por la ventana, como dicen las acusaciones.
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Los argumentos de Gabriela
De acuerdo a Gabriela O., Daniel había actuado de esa forma violenta debido a que se sintió herido en su "orgullo" al no haber ella accedido a tener relaciones sexuales. Lo que contradice de forma notoria con los argumentos del acusado.
El único momento en que Gabriela notó algo extraño en Daniel fue cuando este se sentó en el baño de su departamento, al que ella asistió ante la "insistencia" del hombre para que lo visitara.
Mientras esto sucedía, el hombre llegó a comentar que los niños "iban a provocar el fin del mundo".
El día del ataque
Fue durante la noche del 25 de enero de 2016 cuando autoridades policiacas recibieron el reporte de una violenta discusión de una pareja, realizado por una llamada de una vecina.
Pensé que se les había caído un muñeco, un muñeco. (...) Pero ellos seguían discutiendo con gritos horribles y golpes", aseguró una vecina que vivía enfrente.
Cuando los oficiales llegaron, llamaron inmediatamente a ambulancias para trasladar a la niña, luego a la mujer y al último al agresor, que salió esposado del edificio.
En la madrugada de ese lunes se realizó la detención de Daniel de 30 años, luego de agredir a Gabriela, y arrojar por la ventana de un primer piso a la bebé de la joven.
Tras realizar los dos intentos de homicidio, el hombre se autolesionó, de acuerdo a fuentes policiales.
Una ambulancia se llevó a la niña, la cual sufrió numerosas fracturas, luego de caer de cinco metros de altura. La bebé fue lanzada a través de una ventana: su cuerpo rompió el cristal y las heridas dejaron un rastro de sangre en el mirador desde el cual fue lanzada. Días después la pequeña falleció.
(Con información de El País)
cmo