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Un futbolista como pocos

'Chaco' fue un líder en la cancha para lograr cinco títulos con Pachuca. Adoptó el liderazgo que le ofreció Enrique Meza, al que considera un segundo padre | Omar Pérez Díaz

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Escrito en HIDALGO el

El jugador de futbol profesional es una especie rara. El individuo puede tener un talento natural pero llegar a ser una estrella implica otros valores más allá del empastado.

Christian Giménez pertenece a esa estirpe. El ‘Chaco’, como le apodaron desde que puso un pie en Boca Juniors, siempre fue distinto.

Podemos repasar hasta el cansancio su trayectoria. Su formación con los Xeneizes donde levantó títulos de Liga, Libertadores e Intercontinental antes de los 20 años. Su paso por Unión de Santa Fe, Independiente, Veracruz y América hasta integrar a un Pachuca histórico y rematar como ídolo del Cruz Azul.

Hay que ahondar, sin embargo, en el Christian más íntimo; por ejemplo, en el chico que lloraba en la residencia de Boca Juniors porque extrañaba a sus padres, a mil kilómetros de su natal Resistencia. “Me arrancaron de mi familia para seguir este sueño”, recuerda.

Igual era un veinteañero cuando adoptó responsabilidades de gente grande y se casó con Bernarda; con ella viajó a México. Brilló con los Tiburones Rojos pero fue luego ninguneado por el América. Con buen ojo clínico, Andrés Fassi lo rescató y logró ficharlo casi gratis para el Pachuca.

Giménez aquí fue un líder en la cancha para lograr cinco títulos. Adoptó el liderazgo que le ofreció Enrique Meza, al que considera un segundo padre.

Con los Tuzos no solamente se dedicaba a jugar; iba con los chavos de fuerzas básicas, los aconsejaba, les recomendaba cuidarse  y les ayudaba.

Un día le avisaron que Diego Maradona lo convocó a la Selección de Argentina; no lo podía creer. Tampoco jugó pero compartió habitación con Lionel Messi, a quien tímidamente le pidió su número celular; ocasionalmente le escribe. “¡Y me contesta!”, revela emocionado.  

Después de tres años fantásticos, el Pachuca lo vendió a Cruz Azul en varios millones de dólares. El 'Chaco' no quería irse pero entendía que era parte del negocio.

Con la Máquina no pudo ganar el ansiado campeonato. Todos recuerdan como el ‘Piojo’ Herrera fue a consolarlo después de perder una final insólita frente al América. Pese a esto, la afición celeste lo admiró porque salió a dar la cara ante los fracasos y su entrega en el campo.

Llegó a la Selección Nacional Mexicana en el 2008 pero ya era tarde. Se quedó con ganas de trascender. “Algo que nunca olvidaré fue cantar el Himno Nacional en el Estadio Azteca”, dice.

Los fanáticos se quedarán con las imágenes de sus goles; otros más cercanos con su buen humor y sonrisa en todo momento; los compañeros con el coraje que les contagiaba en la batalla; los técnicos, con su temple ante la adversidad; en lo personal, con su respeto a los medios, a los que ahora pertenece, pues aún ante las más duras críticas, respondía: “no hay problema, es su trabajo”. Gracias, ‘Chaco’.

REMATE

Este sábado, Christian Giménez se despide de las canchas con un partido entre leyendas del Pachuca y Cruz Azul, además de algunas leyendas del balompié mundial. La cita es a las 20 horas, en el Estadio Hidalgo.