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Aguantar y sobrevivir, las opciones para choferes de sitios foráneos

"No había pasado una crisis así, como la que se está viviendo. Los que buscamos sobrevivir aquí andamos, los que no ya dejaron el coche”

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Bajo los rayos del sol, choferes invitan a los peatones a subir a sus unidades para trasladarlos a Ixtlahuaco, Tlanchinol, Molango, Calnali o Metztitlán, pero por la pandemia, sufren la escasez de clientes y centavos; además, se enfrentan al pago de cuenta, la reducción de pasajeros y las medidas sanitarias.

En las inmediaciones de la Central de Autobuses de la capital se ubica la base de los taxis que trasladan a la ciudadanía a municipios de la sierra y la Huasteca. De esta fuente dependen más de 57 familias que ven mermados sus ingresos, señala quien reconoce que es la situación más severa en 10 años como chofer.

"No había pasado una crisis así, como la que se está viviendo. Los que buscamos sobrevivir aquí andamos, los que no ya dejaron el coche. De mí dependen tres personas, de una u otra manera luego hago trabajitos de audio, checándoles los carros, para completar".

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Según el ruletero, si no hubiera bajado la renta de las placas del automotor que conduce, ya se hubiese “bajado” del oficio, porque la gente es poca y tampoco se permite llevar a más de tres pasajeros, a fin de mantener la distancia recomendada por las autoridades sanitarias.

Lo poquito que tiene uno guardado lo vamos sacando, pero ya se va acabando. No han dado nada de eso (despensas). Ahorita nos estamos rascando con nuestras propias uñas (…) Al día salen como 20 carros, pero ahorita iban como cinco. Yo estuve de seis de la mañana hasta las 10, me hice como 150 pesos nada más. Días normales a esa hora ya tenía mi cuenta de 400 pesos y aparte la gas. De qué sirve que hayan bajado la gasolina, si no hay pasaje”, expuso.

A METZTITLÁN, LA MITAD DE AUTOS

Rosa Vite Torres, checadora, pide a los usuarios que viajan a Metztitlán no usar su teléfono al interior del taxi, ponerse cubrebocas y gel antibacterial, además de no platicar con el chofer de la unidad, la cual se limpia antes de cada recorrido, aunque algunos se molestan.

Nos redujeron un pasajero, pero el costo de 90 pesos a la cabecera se mantiene. Nos afecta a todos porque los pasajeros deben esperar mucho tiempo, a los conductores no les está saliendo y a los concesionarios que no reciben las cuentas completas”, indicó.

Más de 20 familias perciben ingresos de la base, que opera de 7:00 a 19:00 horas, pero que ha perdido entradas debido a las recomendaciones por la propagación del coronavirus; incluso, relata, el lunes se regresaron 11 taxis vacíos, porque no se puede suspender el servicio, pero a algunos les toca trabajar sin recibir remuneración por su viaje.



emh